Hace veinticinco años, Dale Earnhardt y su hijo, Dale Jr., cautivaron a los fanáticos de NASCAR con un inolvidable duelo padre-hijo en Twin Ring Motegi. Ahora, en 2025, Kevin Harvick y su prodigio de 12 años, Keelan Harvick, están listos para reescribir ese legado. Pero con un giro crucial—esta vez, papá no solo está mirando desde la línea de banda. Está de vuelta tras el volante, listo para enfrentarse a su hijo.
Kevin Harvick, un futuro miembro del Salón de la Fama de NASCAR y uno de los pilotos más exitosos del deporte, puede haber colgado su traje de fuego de la Copa en 2023, pero está lejos de haber terminado con las carreras. De hecho, se está preparando para un enfrentamiento contra su propio hijo en la serie CARS Tour West Pro Late Model en Kern Raceway en mayo. Y aunque todo es en buena diversión, Harvick tiene un mensaje claro para su joven competidor:
“Más te vale no chocar conmigo. Porque si me chocas, voy a pagar por los dos coches… y vamos a tener un gran problema.”
¿Pero escuchará Keelan? ¿O está la próxima generación de Harvick a punto de mostrar a su legendario padre que su reinado ha terminado?
Keelan Harvick: ¿La formación de un futuro campeón de NASCAR?
Es fácil desestimar a Keelan Harvick como solo otro joven corredor que se beneficia de la fama de su padre—hasta que miras los números.
- En 2024, Keelan arrasó con la competencia, asegurando 27 victorias en solo 49 carreras.
- Hizo su debut en Late Model en el Florence Motor Speedway, terminando en un respetable 8º antes de ascender rápidamente a la dominancia.
- En el evento Icebreaker Limited Late Model, no solo ganó—controló toda la carrera de principio a fin.
- Cruzó la línea de meta con una impresionante ventaja de cuatro segundos sobre el segundo lugar.
Ese nivel de dominancia no ocurre por accidente. Está claro que Keelan ha heredado el estilo agresivo y sin piedad de su padre—y Kevin Harvick lo sabe.
Por eso, incluso mientras se prepara para competir contra su hijo, también está trabajando tras bambalinas para construir el futuro de Keelan.
El Legado Harvick: Una Dinastía NASCAR de Tres Generaciones
Kevin Harvick no solo está poniendo a su hijo en coches rápidos—está construyendo todo un programa de carreras a su alrededor.
Con el apoyo de Hunt Brothers Pizza y otros patrocinadores importantes, Kevin se ha asegurado de que Keelan tenga el mejor equipo y recursos posibles. Pero esto no se trata solo de negocios—se trata de familia.
El número de coche de Keelan, No. 62, no es una elección aleatoria. Es un homenaje a su abuelo, John Paul Linville, manteniendo viva la sangre de carreras de los Harvick. Mientras tanto, Kevin correrá con su icónico No. 29, el mismo número que definió su legendaria carrera en NASCAR.
Esto no es solo una carrera—es historia en proceso.
¿Chocará Keelan con su papá? Kevin no está tomando riesgos
Dejemos una cosa clara—Keelan Harvick sigue siendo un piloto de 12 años, y los jóvenes conductores cometen errores. Y cuando eres tan competitivo como Keelan, a veces esos errores vienen con consecuencias.
Kevin Harvick, siempre el estratega, no es ciego ante el riesgo. Por eso ha emitido una advertencia severa antes de su próxima batalla:
“Si me chocas, más te vale asegurarte de que valga la pena.”
¿Y honestamente? Podría.
Keelan ya ha demostrado que no tiene miedo de llevar los límites al extremo. Durante su reciente victoria en Florencia, no solo ganó—dominó, alejándose del resto como un profesional experimentado. Su estilo agresivo refleja el de su padre, quien hizo carrera en carreras implacables, sin cuartel.
Así que la verdadera pregunta es—cuando lleguen las vueltas finales, ¿se retirará Keelan, o hará lo que sea necesario para vencer a su padre?
Una Batalla Padre-Hijo para la Historia
Una cosa es segura—esta rivalidad padre-hijo está a punto de ofrecer una carrera imperdible.
- Kevin Harvick sigue siendo un competidor feroz—pero, ¿puede mantenerse al día con la nueva generación hambrienta y valiente?
- Keelan Harvick ya ha demostrado que es un ganador—pero, ¿está listo para derrotar al hombre que le enseñó todo?
- ¿Será esta carrera un momento conmovedor en familia—o una guerra total en la pista?
No importa cómo se desarrolle, una cosa es cierta: los aficionados a NASCAR están a punto de disfrutar.
Porque cuando un Harvick se pone al volante, no compiten por diversión—compiten para ganar.
La única pregunta es—¿permanecerá la legendaria No. 29 de Kevin Harvick en la cima, o la próxima generación robará el protagonismo?