El ex piloto de NASCAR y favorito de los fanáticos Kenny Wallace ha realizado una crítica contundente del colapso de la industria de souvenirs y modelos a escala de NASCAR, culpando su caída directamente a las prácticas comerciales codiciosas en lugar del deporte en sí.
Wallace compartió sus pensamientos durante una reciente entrega de su popular serie «Café con Kenny», abordando el constante declive de lo que alguna vez fue un segmento próspero del imperio de mercancías de NASCAR.
«Te Mintieron»: Wallace Denuncia la Codicia
Wallace señaló que la industria se cavó su propia tumba al engañar a los fanáticos haciéndoles creer que los modelos a escala eran coleccionables exclusivos y de edición limitada, solo para luego producir en masa los mismos artículos para maximizar las ganancias.
«Los souvenirs y modelos a escala de NASCAR, ese negocio se fue al infierno en una canasta, y aquí está el porqué… porque te mintieron,» dijo Wallace. «Lo que hacían era fabricar un modelo a escala de Dale Earnhardt […] decían, ‘Este es solo uno de 10,000.’ Bueno, esas compañías de souvenirs se volvieron codiciosas y luego fabricaron más.»
Describió cómo los fanáticos, particularmente los coleccionistas, compraron estos artículos pensando que eran inversiones, solo para descubrir más tarde que el mercado se había inundado, haciendo que sus compras fueran prácticamente inútiles.
«Estás sentado allí pensando, ‘Tengo uno de 10,000 diecasts de Dale Sr.,’ y de repente, miras hacia arriba un año o dos después, y ahora han hecho 200,000 de ellos. Ese diecast no vale nada.»
Fans Engañados por la Sobreproducción
Wallace destacó cómo esta codicia no solo desilusionó a los fans, sino que también erosionó la confianza en la industria de mercancías. Los coleccionistas que esperaban que sus artículos de edición limitada aumentaran de valor se encontraron sosteniendo productos que valían una fracción de su precio original.
«La industria de souvenirs se volvió codiciosa y lo arruinó. No fue culpa de NASCAR. Esa no fue la culpa de NASCAR,» enfatizó.
Los comentarios de Wallace surgen tras una interacción con un propietario de tienda de diecasts en apuros, donde se sintió obligado a aclarar que la caída de la relevancia de la mercancía de NASCAR no era únicamente culpa de la disminución de la popularidad del deporte, sino también de las prácticas poco éticas de quienes producen y venden estos productos.
La industria de diecast y souvenirs de NASCAR una vez prosperó, con aficionados haciendo fila en las pistas para comprar desde coches en miniatura hasta ropa. Sin embargo, a medida que la popularidad general de NASCAR ha disminuido en los últimos años, agravada por la saturación de artículos coleccionables, muchas empresas vinculadas al deporte han luchado por sobrevivir.
Las tiendas de diecast y los comercios de memorabilia, que alguna vez fueron elementos fijos cerca de las pistas y en las comunidades de aficionados, ahora están cerrando a un ritmo alarmante, con muchas reportando márgenes extremadamente bajos o pérdidas absolutas.
¿Puede la industria recuperarse?
La frustración de Wallace subraya un problema más grande: ¿puede la mercancía de NASCAR recuperar sus días de gloria? Aunque Wallace se abstuvo de ofrecer soluciones, su llamado a la honestidad y la moderación en las prácticas de producción es claro.
Los aficionados aún anhelan artículos auténticos y únicos que los conecten con sus pilotos y momentos favoritos. Si la industria puede reconstruir la confianza y centrarse en la exclusividad genuina, puede haber esperanza para un renacimiento.
Por ahora, las palabras de Wallace son un recordatorio contundente de lo que sucede cuando el beneficio a corto plazo socava la sostenibilidad a largo plazo. Si el negocio de mercancías de NASCAR puede aprender de sus errores pasados sigue por verse.