Kalle Rovanperä ha tomado la delantera del Rally Chile, superando a Elfyn Evans tras un dramático y neblinoso SS11, alterando la clasificación en la 11ª ronda del Campeonato Mundial de Rally.
Evans parecía tener el control, ampliando su ventaja a 13.6 segundos con otra victoria en la etapa para comenzar la sesión de la tarde. Sin embargo, la densa niebla que envolvió la etapa de Lota dio un giro inesperado al rally, ya que la visibilidad se redujo a casi cero.
Rovanperä, quien quedó sorprendido por las condiciones, comentó: “No creo haber conducido nunca en ese tipo de condiciones en un coche de rally.” A pesar de los desafíos, el piloto finlandés logró el segundo mejor tiempo en la etapa, a solo cinco segundos de Thierry Neuville, quien se acercó a su compañero de equipo en Hyundai, Ott Tänak, reduciendo la diferencia a solo 14.2 segundos.
Sin embargo, Evans fue el más afectado por la niebla, perdiendo la asombrosa cantidad de 19.1 segundos frente a Rovanperä. El galés cayó al segundo lugar, ahora a 5.5 segundos de su compañero de equipo en Toyota. “No podía ver más allá del capó, así que realmente no sé cómo se supone que debes hacer un rally en esas condiciones,” dijo Evans. “Es una locura, pero está bien.”
Más abajo en la clasificación, Sami Pajari perdió terreno frente a los pilotos de M-Sport Ford, Adrien Fourmaux y Grégoire Munster, eligiendo aflojar en las traicioneras condiciones. Fourmaux se sitúa 3.3 segundos por delante de Munster, quien a su vez está 4.6 segundos por delante de Pajari.
Esapekka Lappi, ya aislado en octavo lugar, agravó sus problemas al registrarse dos minutos antes en el SS11, incurriendo en una penalización de dos minutos. Aceptando su destino, Lappi redujo la velocidad para conservar su coche y neumáticos.
En WRC2, la ventaja de Oliver Solberg se evaporó después de que un pinchazo lo obligara a detenerse y cambiar una llanta, lo que le costó un minuto y medio y lo hizo caer en la clasificación.
El rally sigue siendo una batalla de desgaste, con las extremas condiciones climáticas añadiendo una capa extra de imprevisibilidad a un evento ya desafiante.