El reciente evento de lanzamiento del F175 en Londres fue empañado por una ola de abucheos dirigidos a Max Verstappen y al jefe del equipo Red Bull, Christian Horner, para desagrado del padre de Verstappen, Jos. El mayor Verstappen ha hablado desde entonces sobre la negatividad que llenó el O2 Arena, calificándola de «vergonzosa».
El joven Verstappen y Horner recibieron una fría acogida por parte del público, en su mayoría británico, en el evento de lanzamiento. A pesar de que su hijo es un campeón mundial de F1 en cuatro ocasiones, Jos Verstappen estaba profundamente decepcionado por la reacción. Incluso la aparición de Max Verstappen en la pantalla grande durante el evento fue recibida con una respuesta mixta: una mezcla de vítores y abucheos inconfundibles.
Quizás esta reacción no fue del todo sorprendente, dada la historia reciente. Verstappen ha visto su éxito a expensas de pilotos británicos como Lando Norris y Lewis Hamilton. También ha sido vocal sobre su creencia en un sesgo por parte de los medios británicos y de los oficiales de la FIA, una opinión que podría no haberle ganado el favor del público.
La recepción para Christian Horner no fue diferente. A pesar de su estatus como el jefe de equipo británico más exitoso de las últimas dos décadas, el público no lo recibió con el entusiasmo que uno podría esperar. Inicialmente sorprendido, Horner pronto recuperó la compostura y continuó con el discurso de lanzamiento del equipo.
La reacción del público puede atribuirse en gran medida a lealtades relacionadas con los pilotos: los héroes locales Norris, Hamilton, George Russell y el novato Oliver Bearman recibieron un aplauso ensordecedor. Aún así, la magnitud de los abucheos sorprendió a Red Bull.
Curiosamente, Red Bull decidió no permitir que ninguno de sus pilotos, incluyendo a Verstappen y al nuevo compañero de equipo Liam Lawson, hablara en el escenario. Algunos especularon que esta decisión fue una respuesta a los abucheos dirigidos a Horner. Sin embargo, Red Bull mantuvo que esta fue una decisión tomada en las primeras etapas de planificación del evento.
Jos Verstappen fue inequívoco en su condena a la reacción del público. Expresó su decepción por la forma en que fueron recibidos su hijo y Horner. «Pensé que era vergonzoso lo que sucedió allí con Red Bull Racing,» dijo Verstappen a la publicación holandesa RaceXpress. Argumentó que, como representantes de la Fórmula 1, estaban allí para promover el deporte y no deberían ser sometidos a tal negatividad.
La FIA, el organismo rector del deporte, también enfrentó la ira del público. Se especula que los abucheos a la FIA son simplemente un efecto secundario de su papel como regulador y ejecutor de las regulaciones de la F1. Sin embargo, hay una creciente preocupación por el aumento del tribalismo dentro del deporte, lo que podría afectar los esfuerzos para abordar el abuso en línea.
En conclusión, el evento de lanzamiento del F175 estuvo lleno de drama, tensión y reacciones inesperadas del público. Las repercusiones del evento y su impacto en el deporte, y especialmente en Red Bull, son algo que se seguirá de cerca en los próximos días y semanas.