El veterano de Team Penske, Joey Logano, lo ha dejado claro: el drama legal de NASCAR está destinado a sacudir el deporte hasta su núcleo, independientemente del resultado. En un giro de alta apuesta, 23XI Racing y Front Row Motorsports llevaron las guerras de charters a un tribunal federal después de rechazar la oferta de NASCAR para el contrato de 2025-2031, que era de «tómalo o déjalo». Ellos afirman que la oferta de NASCAR no dejó espacio para la negociación, lo que los llevó a presentar una demanda antimonopolio.
La demanda ha creado una enorme división en la comunidad de carreras, con opiniones en conflicto sobre si este movimiento fue justificado o imprudente. Pero Logano está seguro de una cosa: esta demanda es un punto de inflexión para NASCAR. “Esto es enorme para nuestro deporte, pase lo que pase”, declaró Logano antes de la carrera de Talladega. “Es obviamente grande porque nunca lo hemos visto antes.”
Su sentimiento es compartido por su ex compañero de equipo y campeón de la Copa 2012, Brad Keselowski. Keselowski enfatizó que todos en el garaje, les guste o no, son parte de este torbellino legal. Ahora, todo el mundo de NASCAR espera con anticipación ver cómo se desarrolla la demanda y qué significa para el futuro del deporte.
Sin embargo, mientras las batallas fuera de la pista continúan, Logano enfrentó sus propias pesadillas en la pista en Talladega. El campeón de la Copa en dos ocasiones tuvo su carrera arruinada por múltiples choques, incluyendo un enorme accidente de 28 autos que lo dejó furioso. “Hoy ni siquiera me divertí”, admitió Logano. “No puedes hacer nada aquí. Estás corriendo en cuatro filas, eso se ve genial, pero estás corriendo a medio acelerador, y cuando es hora de ir, todos están atrapados en dos filas. Simplemente no hay muchos movimientos que puedas hacer.”
Sus comentarios directos exponen la frustración que sienten muchos conductores sobre el estado actual de las carreras en superspeedway. Logano ahora se encuentra en la burbuja de eliminación de los playoffs, necesitando nada menos que una actuación milagrosa en el Roval para mantener vivas sus esperanzas de campeonato.
Con conductores como Logano presionando por un cambio tanto dentro como fuera de la pista, el futuro de NASCAR sigue siendo incierto, y todas las miradas están puestas en cómo la liga manejará esta crisis legal y competitiva.