En un robo sorprendente que ha dejado a los aficionados al automovilismo y a la familia Villeneuve con el corazón roto, la icónica estatua de la leyenda de la Fórmula 1 Gilles Villeneuve ha sido robada de frente al Museo Gilles Villeneuve en Berthierville, Quebec. La estatua de bronce, que se erguía como un tributo al héroe de Ferrari durante casi 40 años, fue retirada por la fuerza la noche del 6 de noviembre o la madrugada del 7 de noviembre, dejando solo las botas de metal cortadas en su lugar.
El acto descarado, que se cree fue llevado a cabo por al menos dos individuos con equipo pesado y un gran camión, ha suscitado temores de que el monumento pueda ser derretido para chatarra o vendido en el mercado negro. La familia Villeneuve, en particular el hijo de Gilles y campeón de F1 en 1997, Jacques Villeneuve, expresó una profunda indignación. Jacques, en un emotivo video de Instagram, calificó a los perpetradores de “inhumanos” y “sin alma”.
“Gilles representó a Canadá y Quebec en el escenario internacional. No hay muchos como él,” lamentó Jacques. “Robar un monumento como este… es vergonzoso. No entiendo qué pasa por la mente o el corazón de las personas, si es que tienen uno.”
La estatua conmemoraba a Gilles Villeneuve, un competidor intrépido que trágicamente perdió la vida durante la clasificación para el Gran Premio de Bélgica de 1982. Su estilo de conducción audaz, seis victorias con Ferrari y su espíritu heroico dejaron una huella imborrable en el deporte. Situada frente al museo en la Rue Gilles Villeneuve, la estatua se había convertido en un lugar de peregrinación para aficionados de todo el mundo.
Para ayudar en la recuperación, se ha ofrecido una recompensa de $12,000 CAD ($8,600 USD), y las autoridades han declarado que la estatua puede ser devuelta a cualquier lugar en Berthierville, sin hacer preguntas. La familia Villeneuve y los funcionarios locales están instando a cualquier persona con información a que se presente, enfatizando la importancia cultural del monumento.
El Museo Gilles Villeneuve, hogar de una apreciada colección de recuerdos del piloto—incluyendo sus coches, trofeos y trajes de carrera—atrae a miles de fanáticos cada año. Ahora, el museo y su comunidad están unidos en la esperanza de que la estatua de uno de los mayores íconos de la Fórmula 1 sea devuelta pronto.