A medida que la Fórmula 1 cuenta los últimos diez días de silencio veraniego antes de que los motores rugan de nuevo, el ciclo de noticias está lejos de ser tranquilo. Dos historias de gran peso dominan el paddock este lunes 18 de agosto — y ambas tienen el potencial de sacudir los cimientos del deporte.
Christian Horner: ¿El objetivo sorpresa de Cadillac?
Christian Horner puede estar ausente de la parrilla, pero los rumores sobre su futuro se niegan a desvanecerse. El exjefe de Red Bull Racing — una vez el arquitecto detrás de la dominación de Max Verstappen — está, según se informa, atrayendo el interés de Cadillac, que se unirá a la parrilla de F1 en 2026.
Según Auto, Motor und Sport, hay rumores en el paddock de que el fabricante estadounidense ve a Horner como un posible líder para su proyecto. Nada ha sido confirmado, y Cadillac ya tiene a Graeme Lowdon como director del equipo, pero solo la especulación ha encendido la intriga.
Por ahora, Horner permanece en silencio, concentrado en finalizar su supuesta indemnización con Red Bull. Pero la idea de que Horner lidere un nuevo esfuerzo estadounidense en F1 es el tipo de historia de gran impacto que podría replantear la estructura de poder del deporte.
Tormenta en Ferrari: “Nadie quería a Hamilton en Maranello”
Mientras tanto en Italia, la aventura de Lewis Hamilton con Ferrari está bajo fuerte crítica. El ex piloto de la Scuderia Arturo Merzario, conocido como el hombre que sacó a Niki Lauda del infierno en Nürburgring, ofreció una evaluación contundente: “Nadie quería a Hamilton en Maranello.”
Hamilton, un siete veces campeón del mundo, aún no ha logrado un podio en rojo. ¿Sus únicos momentos destacados? Una victoria en una carrera sprint y la pole position en China. Para un piloto de su calibre, los resultados están muy por debajo de las expectativas. Los comentarios de Merzario reflejan un sentimiento creciente en Italia: la adaptación de Hamilton ha sido lenta, y su presencia en Ferrari fue más una decisión de sala de juntas que una necesidad de carrera.
El británico ha mostrado destellos de brillantez, pero la empinada curva de aprendizaje para dominar el temperamental SF-25 de Ferrari e integrarse en la cultura del equipo ha resultado ser un desafío formidable. Por ahora, Hamilton insiste en que está jugando a largo plazo. Pero con su temporada debut ya calificada como decepcionante por íconos de Ferrari, la presión está alcanzando su punto de ebullición.
Dos titulares, dos historias sísmicas: el cortejo rumoreado de Horner a Cadillac y el escepticismo de Hamilton sobre Ferrari. Con el descanso de verano casi terminado, la Fórmula 1 se prepara para fuegos artificiales —y no solo en la pista.