En un giro sorprendente de los acontecimientos en el Gran Premio de Arabia Saudita, la FIA ha desatado una decisión explosiva respecto a la penalización de Max Verstappen, causando un alboroto en el mundo de la F1. El actual campeón del mundo recibió una penalización de cinco segundos por un movimiento controvertido que lo llevó a salir de la pista y obtener una ventaja al mantener a Oscar Piastri a raya en la primera curva.
La intensa rivalidad entre Verstappen y Piastri alcanzó un punto álgido durante su feroz batalla, con Verstappen siendo finalmente penalizado por no darle a Piastri suficiente espacio para pasar. El documento de decisión de la FIA destacó que Verstappen «obtuvo una ventaja duradera que no fue devuelta», desatando debates y controversias entre los aficionados y expertos por igual.
A pesar de la indignación del jefe de Red Bull, Christian Horner, quien se opuso vehementemente a la penalización, Verstappen optó por mantener silencio sobre la situación. Sin embargo, la FIA reveló que la penalización podría haber sido incluso más severa, estableciendo comparaciones con la penalización de 10 segundos al estrella de Racing Bulls, Liam Lawson, más adelante en la carrera.
El documento oficial de la FIA analizó el incidente en detalle, afirmando: «El coche 81 tenía su eje delantero al menos al lado del espejo del coche 1 antes y en el ápice de la curva 1 cuando intentaba adelantar al coche 1 por el interior.» Esta revelación arrojó luz sobre las complejidades de la decisión y la lógica detrás de la penalización impuesta a Verstappen.
El cambio tardío de la FIA en el orden del GP de Arabia Saudita envió ondas de choque a través de la comunidad de F1, con una cláusula especial saliendo a la luz y añadiendo otra capa de complejidad al ya intenso fin de semana de carrera. La decisión de la FIA ha reavivado el debate sobre el juego limpio y la deportividad en la Fórmula 1, dejando a aficionados y equipos en vilo mientras avanza la temporada.