Justo días antes de su carrera inaugural con Ferrari en el Gran Premio de Australia, el siete veces campeón del mundo de Fórmula 1, Lewis Hamilton, afirma que no siente ninguna presión externa. Esta revelación dramática sigue a su sorprendente movimiento al legendario equipo de carreras italiano en febrero de 2024, después de un histórico período de 12 años con Mercedes.
En un mundo donde cada movimiento es scrutinizado, el traspaso de Hamilton a Ferrari envió ondas de choque a través de la fraternidad de la F1. Pero el siempre sereno campeón permanece impasible ante las expectativas y anticipaciones que rodean su cambio. Él explica que la única presión que percibe es autoimpuesta, un testimonio de su inquebrantable compromiso y enfoque singular en el rendimiento.
El cambio a Ferrari llegó después de un período desesperante para Mercedes, con el equipo luchando por replicar sus éxitos pasados. Mientras tanto, Ferrari ha estado en una trayectoria ascendente, finalizando en segundo lugar en la clasificación de constructores. La llegada de Hamilton se ve como un movimiento estratégico para aprovechar este impulso y llevar al equipo a la cima.
El movimiento de Hamilton a Ferrari también estuvo marcado por la salida de Carlos Sainz del equipo, quien ahora se ha unido a Williams. El cambio en la alineación añade otra capa de intriga a la próxima temporada, con aficionados y críticos ansiosos por ver cómo se desarrollan las dinámicas en la pista.
A medida que Hamilton se prepara para su carrera debut con Ferrari, está claro que el ruido externo hace poco para sacudir su enfoque. Está listo para abrazar los desafíos que vienen con el nuevo territorio, impulsado por una presión interna que ha sido la característica de su ilustre carrera. El próximo Gran Premio de Australia será una prueba de fuego para la resiliencia de Hamilton, un escenario donde podrá validar su decisión de cambiar de equipo y confirmar su estatus como campeón reinante, impasible ante las presiones externas.