El séptuple campeón de Fórmula 1 tomó una decisión estratégica de sacrificar su velocidad en la clasificación para enfocarse en mejorar su rendimiento en la carrera. Sin embargo, enfrentó numerosos problemas durante la carrera, incluyendo el sobrecalentamiento de los frenos, fallos en la batería e incluso un asiento roto que comprometió aún más su rendimiento.
Hamilton explicó a la prensa que su batería había muerto por un período de tiempo, lo que le hizo perder terreno significativo ante los McLarens en las rectas. Pasó varias vueltas resolviendo el problema, lo que resultó en una pérdida de valiosos segundos. Además, tuvo que lidiar con el sobrecalentamiento de los frenos y un rendimiento general mediocre.
El compañero de equipo de Hamilton, George Russell, también enfrentó el sobrecalentamiento del coche debido a un error en la configuración de enfriamiento de Mercedes. Además, Hamilton tuvo que lidiar con un mal funcionamiento del asiento que afectó su estabilidad durante la frenada.
A pesar de las dificultades enfrentadas por Mercedes, Hamilton se mantiene optimista y no desanimado. Reconoció que fue una carrera promedio y admitió la dominancia de los Red Bulls. Sin embargo, cree que el equipo ha progresado al abordar problemas anteriores y ahora tiene una base sólida en la que apoyarse.
Mirando hacia el futuro, Hamilton expresó confianza en la capacidad del equipo para mejorar. Destacó que, aunque el rendimiento del W15 en Bahréin no fue ideal, una mejor clasificación le habría permitido terminar más arriba en la parrilla. Cree que el equipo sigue siendo el tercero más rápido y tiene potencial para reducir la brecha con Ferrari.
En conclusión, Hamilton se muestra cauteloso al hacer un juicio final sobre el potencial del W15 basado únicamente en la carrera de Bahréin. Reconoce que hubo contratiempos, pero cree que el equipo puede seguir progresando y ser competitivo en el futuro.