Lewis Hamilton ha desatado una dura reprimenda contra el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, acusándolo de inyectar «elementos raciales» en sus comentarios sobre la reducción de las groserías en la Fórmula 1. La controversia estalló después de que Ben Sulayem pidiera a la Gestión de Fórmula Uno (FOM) que limitara la cantidad de lenguaje ofensivo transmitido durante las carreras, instando a los pilotos a actuar de manera más responsable por la radio.
Mientras que Max Verstappen de Red Bull desestimó el enfoque de la FIA como erróneo, argumentando que depende de la FOM decidir qué se emite, la respuesta de Hamilton tomó un tono diferente. Aunque estuvo de acuerdo en que los exabruptos se han vuelto demasiado frecuentes en la F1, el siete veces campeón del mundo se mostró enfurecido por los comentarios de Ben Sulayem comparando a los pilotos con «rappers».
“Hay mucho que analizar aquí”, dijo Hamilton a los medios. “Estoy de acuerdo en controlar el lenguaje en el aire, especialmente considerando a los jóvenes aficionados que están viendo. Pero cuando Ben Sulayem dice que los pilotos ‘no son rappers’, está entrando en un terreno peligroso. La implicación de que los raperos, a menudo negros, son de alguna manera menos respetables suena a estereotipo racial. Es un comentario innecesario y divisivo.”
Hamilton, a sus 39 años, el estadista más veterano de la parrilla, admitió que gestionar la adrenalina dentro del cockpit es un desafío que enfrenta cada piloto. Sin embargo, criticó la elección de palabras del presidente de la FIA, afirmando que perpetúan estereotipos dañinos.
“Decir que no somos raperos es una mala elección de palabras,” continuó Hamilton. “Apunta hacia un sesgo racial más profundo, sugiriendo que no somos como ‘ellos’, como si hubiera algo malo en ser como ‘ellos’. No creo que esa fuera la intención, pero las palabras importan. Es decepcionante ver ese tipo de lenguaje de una figura en su posición.”
La condena de Hamilton llega mientras la FIA continúa lidiando con cómo gestionar las emociones crudas y sin filtros que a menudo se transmiten durante las carreras. El piloto británico, que ha sido un defensor de la igualdad y la justicia social durante mucho tiempo, dijo que aunque el deporte necesita mantener el profesionalismo, el enfoque para implementar cambios debe ser consciente e inclusivo.
“No somos robots; las emociones surgirán en el calor de la competencia,” señaló Hamilton. “He tenido que aprender a canalizar esa energía, sabiendo que tengo a miles de personas detrás de mí y millones mirando. Cada palabra cuenta, y como pilotos, tenemos una responsabilidad. Pero esa responsabilidad va en ambas direcciones, y es importante que aquellos en posiciones de liderazgo también establezcan un tono respetuoso.”
Las declaraciones de Hamilton han puesto una vez más de relieve la tensión continua dentro de los organismos rectores de la F1 mientras navegan el equilibrio entre mantener la integridad del deporte y abordar los problemas más amplios de representación e igualdad. A medida que el debate continúa, el mundo observa para ver cómo la FIA responderá a las críticas contundentes de una de sus mayores estrellas.