El exdirector del equipo Haas F1, Guenther Steiner, ha expresado su frustración con las dinámicas de poder actuales en la Fórmula 1, destacando cómo el deporte a menudo está influenciado por los tres principales equipos—Ferrari, Mercedes y Red Bull—dejando a los equipos más pequeños sin mucho que decir en decisiones clave. Según Steiner, estos equipos dominantes ejercen un control desproporcionado sobre los asuntos relacionados con el deporte, particularmente en decisiones comerciales y estratégicas.
Desde el inicio de la era V6 Hybrid, Ferrari, Mercedes y Red Bull han disfrutado de un éxito e influencia significativos en la F1. Ferrari, como el equipo más antiguo del deporte, goza de bonificaciones por su herencia y poder de veto, mientras que Mercedes y Red Bull se han establecido como líderes consistentes durante la última década. Esto ha llevado a que estos tres equipos sean a menudo los actores clave en la definición de la dirección del deporte, dejando de lado a equipos más pequeños como Haas.
Steiner señaló este desequilibrio en el poder de toma de decisiones, explicando que, aunque todos los equipos pueden participar en las discusiones, la verdadera autoridad reside en los equipos principales. Los equipos más pequeños, señaló, a menudo necesitan consultar a sus superiores antes de tomar decisiones, lo que los pone en desventaja.
“Para ser honesto, solo Toto Wolff, Christian Horner y Fred Vasseur pueden tomar decisiones. Todos los demás, por ejemplo, en una reunión de la Comisión de F1, deben llamar a alguien para preguntar qué hacer. Pueden hablar sobre cuántos neumáticos usar durante el fin de semana, pero en el lado comercial no tienen autoridad porque tienen a alguien por encima de ellos,” explicó Steiner.
Este sentimiento refleja las preocupaciones expresadas por otras figuras en el deporte que han criticado el trato desigual hacia los equipos principales, citando a menudo los privilegios especiales de Ferrari y el dominio de Mercedes y Red Bull en los últimos años. Sin embargo, cambiar esta dinámica de poder parece poco probable dado el legado, el éxito y el poder financiero que estos equipos aportan a la F1.
Además de criticar la estructura de poder en el deporte, Steiner también abordó la reciente controversia en torno a la represión de la FIA sobre las groserías en la F1. Steiner se alineó con Max Verstappen, quien fue penalizado por usar la palabra f durante una conferencia de prensa en Singapur. El holandés ha resistido la decisión, y Steiner expresó su apoyo, afirmando que los comentarios de Verstappen no estaban dirigidos a nadie y no justificaban una reacción tan severa.
“Max no insultó a nadie. Usó la palabra f sobre su coche. Así que nadie se ofendió por eso, en mi opinión. Pero no digas: Si lo haces, te multan, te penalizan, lo que sea. Porque conoces a estos chicos, también tienen ego. Y dicen: No quiero hacer eso. ¿Y entonces qué creas? Toda esta controversia por nada,” añadió Steiner.
Los comentarios de Steiner reflejan una frustración más amplia dentro del deporte con respecto tanto a su gobernanza como a sus recientes intentos de restringir el comportamiento de los pilotos. A medida que la conversación sobre estos temas continúa, queda por ver cómo la F1 navegará el equilibrio de poder y mantendrá su creciente popularidad.