La montaña rusa de Lewis Hamilton en el Gran Premio de Miami mostró los altibajos de su trayectoria en Ferrari, dejando a los aficionados al borde de sus asientos. Después de un emocionante éxito en la Sprint, las esperanzas de Hamilton se desvanecieron en una decepcionante sesión de clasificación, destacando las luchas continuas de Ferrari.
El movimiento del siete veces campeón del mundo a Ferrari había generado inicialmente entusiasmo, con una pole position y una victoria en la Sprint en China. Sin embargo, las carreras posteriores vieron a Hamilton enfrentarse a contratiempos, luchando por igualar el rendimiento de su compañero de equipo Charles Leclerc. En Miami, un cambio estratégico de neumáticos durante la carrera Sprint impulsó a Hamilton a un admirable tercer lugar, pero estaba claro que la suerte jugó un papel significativo.
A pesar de su éxito en la Sprint, el rendimiento de Hamilton en la clasificación levantó cejas mientras luchaba por evitar la eliminación en Q1 y finalmente aseguraba un modesto P12 en la parrilla. Expresando frustración por el rendimiento inconsistente de Ferrari, Hamilton reconoció los desafíos continuos del equipo. Con problemas de frenos e inestabilidad afectando al coche, el optimismo de Hamilton se vio ensombrecido por la dura realidad de la decepcionante temporada de Ferrari.
Mientras tanto, las luchas de Leclerc añadieron más problemas a Ferrari, con el piloto monegasco expresando su decepción por el rendimiento del coche, llamándolo el peor de la temporada. Clasificarse en octavo subrayó aún más la falta de brillo de Ferrari, dejando a ambos pilotos lidiando con los resultados mediocres del equipo.
Con las esperanzas de Ferrari ahora dependiendo de la lluvia para agitar la carrera, el equipo enfrenta una creciente presión para revertir su desastroso inicio de temporada. Con las próximas carreras en casa en Imola a la vista, Ferrari debe abordar urgentemente sus problemas de rendimiento para salvar sus aspiraciones al campeonato.
El Gran Premio de Miami resultó ser un asunto turbulento para Hamilton y Ferrari, subrayando los desafíos que deben superar para mantenerse competitivos en la ferozmente disputada temporada de Fórmula 1. Los aficionados se preguntan si Ferrari podrá cambiar su suerte y reavivar sus ambiciones por el título en las próximas carreras.