La temporada de Fórmula 1 2024 de Ferrari ha dado un giro significativo, ya que el Ingeniero Senior de Rendimiento del equipo, Jock Clear, confirmó que el infame problema de rebote que afectaba al SF-24 ha sido en gran medida resuelto. Esta nueva estabilidad llega tras una serie de mejoras introducidas en el Gran Premio de España que inicialmente resultaron contraproducentes, provocando un severo rebote en las curvas de alta velocidad y retrasando a Ferrari en su batalla de desarrollo.
El rebote, un problema persistente desde que comenzó la actual era de efecto suelo, obligó a Ferrari a realizar una investigación frenética que incluyó volver a los ajustes previos a España y refinar continuamente la aerodinámica del coche. Pero ahora, tras varios resultados sólidos después del verano, incluyendo el podio de Charles Leclerc en Zandvoort y una emocionante victoria en Monza, parece que la Scuderia finalmente ha descifrado el código.
“Nunca estás completamente seguro – pero es una buena imagen de cómo va el vaivén del desarrollo,” admitió Clear. “Después de España, no sentimos que nos hubiéramos desviado, pero había una anomalía entre los datos del túnel de viento y el rendimiento en pista, y teníamos que resolver eso.”
Con los problemas del túnel de viento resueltos, la mejoría de Ferrari fue evidente, ya que Leclerc ofreció actuaciones destacadas, avanzando del noveno al cuarto lugar en Singapur a pesar de una sesión de clasificación comprometida. Pero mientras el ánimo en Ferrari es alto, Clear enfatiza la importancia de mantenerse alerta ante posibles contratiempos futuros.
“Solo tenemos que mantener los ojos bien abiertos para ver cuál será la próxima anomalía,” advirtió Clear. “Habrá otra porque ese es el proceso. El desarrollo consiste en probar algo nuevo cada semana. Estamos seguros de que nuestro proceso está funcionando, pero siempre estamos atentos a la próxima trampa.”
El problema más amplio es uno que ha atormentado a muchos equipos desde el cambio de F1 a regulaciones de efecto suelo en 2022. Lograr una correlación perfecta entre los datos del túnel de viento y el rendimiento en el mundo real ha sido complicado, en gran parte debido a la dinámica impredecible de los coches que circulan a alturas de conducción extremadamente bajas sobre bordillos y superficies irregulares, condiciones que los túneles de viento simplemente no pueden replicar.
“Cuando el coche está lejos del suelo, el túnel es bastante preciso,” explicó Clear. “Pero en cuanto te metes en lo que sucede sobre un bordillo o cuando rebota, el túnel no puede simular eso. Es imposible lograr una fidelidad del 100% entre el túnel y la pista, especialmente con la aerodinámica de efecto suelo donde la proximidad al suelo es crucial.”
Las apuestas son altas, con niveles de carga aerodinámica fluctuando dramáticamente según la posición del coche en relación con la pista. Un simple cambio de cinco milímetros puede significar la diferencia entre ganar o perder carga aerodinámica crítica, haciendo que el comportamiento del coche sea altamente errático.
La batalla de Ferrari con el rebote puede estar bajo control por ahora, pero como destacó Clear, el desafío de mantener el ritmo en la incesante carrera de desarrollo de F1 nunca termina. El equipo de Maranello debe permanecer alerta y adaptarse mientras navega por las complejidades de un deporte donde el más mínimo error de cálculo puede significar la diferencia entre la victoria y la derrota.