En un giro sorprendente de los acontecimientos, el mundo de NASCAR fue sacudido por un grave escándalo, justo cuando The Daytona 500, la carrera más prestigiosa de la temporada de NASCAR, estaba a punto de comenzar. El corazón del escándalo era la supuesta violación de reglas por parte de dos equipos a través de modificaciones ilícitas de peso, un movimiento que los llevó a cruzar la línea del juego limpio. Esta revelación condenatoria condujo a la expulsión de dos jefes de equipo, Chris Lawson de Front Row Motorsports y Billy Plourde de Rick Ware Racing, justo antes de la carrera.
Los vehículos bajo la lupa eran el No. 34 Ford Mustang de Todd Gilliland y el No. 51 Ford Mustang de Cody Ware, ambos encontrados culpables de colocaciones de peso inapropiadas. Estas discrepancias fueron identificadas durante una inspección previa a la carrera, después de lo cual se pidió a Lawson y Plourde que renunciaran de inmediato, impidiéndoles participar en cualquier práctica, clasificación o eventos del día de la carrera. Esta inesperada penalización causó estragos en los planes de ambos equipos justo antes de la carrera más grande de la temporada.
Sin embargo, las ondas de esta controversia no terminaron ahí. En un sorprendente seguimiento, el organismo rector de NASCAR presentó evidencia irrefutable del escándalo de trampa apenas días después del tumultuoso Daytona 500. Los detalles indicaban claramente el intento de los equipos de eludir las reglas. NASCAR, un día antes de la clasificación de la Copa en el Circuito de las Américas, organizó un recorrido detallado para mostrar las modificaciones.
El renombrado insider de NASCAR, Jeff Gluck, compartió un relato detallado de las infracciones, proporcionando una visión de primera mano sobre las modificaciones ilícitas. Reveló cómo se ocultaron pesos en las botellas de bebida de los camiones de los equipos. Según su relato, el equipo No. 34 ingeniosamente cosió el peso en el forro, mientras que el equipo No. 51 simplemente metió un trozo de plomo en su botella de bebida.
Estos descubrimientos arrojan luz sobre las acciones inmediatas de NASCAR antes de la carrera. NASCAR, conocido por sus estrictas reglas para prevenir que los equipos obtengan ventajas ilegales, dejó claro su postura sobre tales manipulaciones que impactan directamente en el rendimiento. Cabe destacar que en 2025, NASCAR había introducido sanciones más severas para cualquier intento de incumplir las reglas, incluyendo deducciones de puntos, reducción de horas de pruebas en túnel de viento y restricciones en las pruebas de vehículos.
Para Rick Ware Racing, el escándalo resultó ser un duro golpe. Cody Ware, quien ya había tenido dificultades en la clasificación, terminando en la parte baja, enfrentó más complicaciones con la pérdida de su jefe de equipo. A pesar de un esfuerzo valiente, Ware no pudo completar la carrera y terminó con un DNF. De manera similar, Todd Gilliland, a pesar de tener un rendimiento marginalmente mejor, se encontró en una situación desafiante.
Gilliland terminó en el 27º lugar en el Daytona 500, muy lejos de sus ambiciones. Después de una destacada temporada 2024, donde terminó en el mejor puesto de su carrera, el 22º en puntos, Gilliland aspiraba a mantener el impulso hacia 2025. Sin embargo, el escándalo de peso arrojó una sombra oscura sobre su carrera, dejando a su equipo luchando por navegar a través de la controversia.
A raíz de este escándalo, surgió otra controversia significativa que involucró a Chase Briscoe y Joe Gibbs Racing (JGR). Briscoe y JGR habían salido de Daytona en una nota alta con un fuerte cuarto lugar. Sin embargo, su alegría fue de corta duración. Los oficiales de NASCAR impusieron una fuerte sanción a JGR y a Chase Briscoe por modificar ilegalmente el alerón trasero, una clara violación de las estrictas regulaciones aerodinámicas de NASCAR, solo tres días después del evento.
La sanción fue considerable, con JGR multado con $100,000 y perdiendo 100 puntos de propietario y 10 puntos de playoffs. Briscoe también perdió 100 puntos de piloto y 10 puntos de playoffs. Esto dejó al presidente de JGR, Dave Alpern, atónito. Expresando su frustración en SiriusXM NASCAR Radio, Alpern reconoció la importancia de las reglas pero expresó su sorpresa ante el giro de los acontecimientos.
La aerodinámica juega un papel fundamental en NASCAR, siendo el alerón trasero un componente crítico. Cualquier alteración, incluso las más pequeñas, puede cambiar drásticamente el rendimiento de un coche, proporcionando una ventaja ilegal. Las modificaciones de JGR al alerón fueron encontradas en violación de las estrictas directrices de NASCAR. Después de la penalización, el piloto de JGR se encuentra ahora en el fondo de la clasificación de pilotos con -51 puntos después de dos carreras. El equipo ahora se queda con la esperanza de mitigar el daño a través de una apelación programada para el 5 de marzo.
En resumen, el mundo de NASCAR fue sacudido por un gran escándalo de trampas en la víspera de su carrera más destacada. Las repercusiones han sido significativas, con severas penalizaciones impuestas y reputaciones empañadas. Los próximos días revelarán las completas repercusiones de este escándalo, mientras los equipos involucrados luchan por recoger los pedazos y seguir adelante.