Max Verstappen arrasó en el Gran Premio de Brasil 2024, ofreciendo una de las actuaciones más notables de su carrera. Partiendo desde un desalentador P17 en la parrilla, la estrella de Red Bull atravesó el pelotón, asegurando una victoria asombrosa en la emocionante carrera de 71 vueltas en Interlagos. En condiciones húmedas y traicioneras que enviaron a varios pilotos a las barreras, la implacable carga de Verstappen cautivó a fanáticos y rivales por igual, propulsándolo a una ventaja contundente de 62 puntos en el campeonato de pilotos.
Esteban Ocon, quien en un momento se encontró liderando la carrera con Verstappen persiguiéndolo de cerca, fue rápido en elogiar el enfoque directo y sin rodeos de Verstappen hacia las carreras. La admiración de Ocon era evidente, a pesar de nunca haber enfrentado a Verstappen como un competidor directo por un título: “Todos piensan que nos odiamos, pero no es así. Me gusta que él compita realmente duro. Con Max, no hay tonterías—solo se trata de quién cruza la línea de meta primero. Creo que es una lástima que aún no hayamos corrido codo a codo en F1, pero espero que eso cambie.”
Los elogios de Ocon subrayan el nivel de respeto que Verstappen inspira en toda la parrilla de F1, especialmente tras su actuación en Interlagos. La conducción del campeón reinante fue una pura demostración de habilidad y determinación, llevando su RB20 al límite sin depender únicamente de la potencia de Red Bull. Como enfatizó el jefe del equipo, Christian Horner, fue el dominio de Verstappen en el frenado y las curvas lo que lo distinguió. “No hubo una ventaja significativa de caballos de fuerza hoy,” señaló Horner. “Todos los adelantamientos que hizo Max fueron en los frenos, no en la recta.”
El GP de Brasil fue tan desafiante como se puede, con un circuito empapado de lluvia que exigía una concentración intensa y un control impecable. Los adelantamientos impecables de Verstappen en estas condiciones peligrosas solo añadieron gravedad a su logro. Su actuación no solo le valió la victoria en la carrera, sino que también dejó a sus competidores y a los aficionados de la F1 asombrados por su habilidad implacable bajo presión.
Con la vista ahora puesta en el próximo GP de Las Vegas, Verstappen ha casi asegurado su cuarto título de campeón del mundo. Su magistral conducción en Brasil reafirma su estatus como uno de los pilotos más formidables en la historia de la F1, un piloto que puede dominar desde cualquier posición de salida, sin importar los desafíos que tenga por delante.