Los motores rugientes de ASCAR pueden ser más ruidosos que cualquier espectáculo deportivo, pero cuando se trata de ganancias de los pilotos, el silencio reina supremo. A diferencia de la Fórmula 1 o el tenis, donde los cheques de pago se divulgan abiertamente o se insinúan, NASCAR ha sellado su libro de finanzas desde 2016. Para los fanáticos que alguna vez disfrutaron rastrear las ganancias hasta el dólar, este cambio abrupto plantea una pregunta importante: ¿Por qué el secreto?
Un cambio al sistema de charter en 2016
Históricamente, NASCAR fue transparente con sus pagos. En 2015, por ejemplo, los fanáticos sabían que Joey Logano se embolsó $1.58 millones por ganar las 500 Millas de Daytona. Esa transparencia era un sello distintivo del deporte—una adición emocionante que permitía a los fanáticos conectar las ganancias con el rendimiento en la pista.
La introducción del sistema de charter en 2016, sin embargo, cambió las reglas del juego. NASCAR implementó este sistema para estabilizar las finanzas de los equipos y garantizar flujos de ingresos para sus 36 equipos con charter. Pero también enturbió las aguas de las ganancias de los pilotos, ya que los pagos se volvieron menos directos.
Bajo el sistema de charter, los ingresos ahora fluyen a través de múltiples «cubos»—incluyendo salarios base, ganancias de carreras, bonificaciones por rendimiento, acuerdos de patrocinio y ventas de mercancías. Esta compleja estructura de ingresos hace que sea más difícil vincular las posiciones finales con pagos específicos.
Jeff Gluck: “A los Fans les Importa el Dinero”
En el podcast «The Teardown» de The Athletic, el periodista senior de NASCAR Jeff Gluck abordó la opacidad financiera de NASCAR, explicando cómo la falta de divulgación desconecta a los fans del lado económico del deporte.
“Creo que comenzó con NASCAR no queriendo— dijeron, ‘Oh, a los fans no les importa la parte del dinero de esto.’ Creo que a los fans definitivamente les importa.”
Gluck señaló que la estructura de pagos de NASCAR ya no es tan simple como «Termina 13º, recibe X dólares.» Hoy en día, los equipos con carta reciben ganancias a través de contratos garantizados, ingresos por patrocinio e incentivos por rendimiento, mientras que los ganadores de las carreras ganan bonificaciones vinculadas a acuerdos financieros más amplios.
La Imagen Más Grande: Proteger a los Conductores y Equipos
Algunos expertos argumentan que este secreto protege el ecosistema de NASCAR de un escrutinio no deseado. Conductores como Joey Logano y Brian Vickers han sugerido que la divulgación pública de ganancias podría alimentar celos o comparaciones poco realistas entre equipos y conductores.
Los conductores de primer nivel, como Kyle Larson y Chase Elliott, se benefician enormemente de patrocinios y acuerdos de patrocinio, ganando a menudo millones más allá de las ganancias de las carreras. Mientras tanto, los equipos más pequeños y los conductores con menos recursos enfrentan una presión financiera significativa, creando una disparidad económica que NASCAR podría preferir mantener en silencio.
Michael McDowell, el campeón de Daytona 500 de 2021, subrayó el impacto transformador de una victoria destacada:
“Es la carrera más importante del año para nosotros y para el equipo desde el punto de vista de los premios. Ganar la carrera y llegar a los playoffs… financieramente lo que eso significa para ti, te prepara para los próximos años.”
Los Fans Aún en la Incertidumbre
Mientras NASCAR ha reanudado la divulgación de los premios totales de las carreras, como los asombrosos $28 millones para el Daytona 500, los pagos individuales a los conductores siguen siendo esquivos. Los equipos reciben registros financieros detallados, pero los aficionados quedan en la especulación.
Esta transparencia selectiva erosiona una parte importante de la narrativa de NASCAR. Saber lo que está en juego—ya sea millones para un equipo de primer nivel o fondos de supervivencia para equipos más pequeños—puede profundizar la inversión emocional de los aficionados en las carreras.
El Veredicto
La decisión de NASCAR de silenciar las divulgaciones de ganancias se reduce a las complejidades del sistema de charter y a un deseo de proteger su ecosistema financiero. Sin embargo, para los aficionados, este silencio es ensordecedor. La emoción de ver las ganancias duramente ganadas vinculadas al rendimiento en la carrera fue una vez una piedra angular del atractivo de NASCAR. Restaurar incluso una transparencia parcial podría ayudar a cerrar la brecha entre el motor financiero del deporte y su apasionada base de aficionados.
Hasta entonces, los aficionados seguirán celebrando las banderas a cuadros mientras se preguntan cuánto dinero llevan a casa sus pilotos favoritos.