En un giro sorprendente para la Fórmula 1, han surgido mensajes incriminatorios de WhatsApp del CEO de F1, Stefano Domenicali, que arrojan luz sobre el controvertido rechazo a la oferta de Andretti Cadillac para unirse a la parrilla como el undécimo equipo. Las revelaciones han enviado ondas de choque a través del mundo del automovilismo, y ahora el gobierno de EE. UU. está interviniendo para investigar el asunto.
La oferta de Andretti Cadillac, inicialmente aprobada por la FIA, fue bloqueada por los titulares de derechos comerciales de Fórmula 1, F1 y Liberty Media. El equipo respaldado por EE. UU., apoyado por General Motors, enfrentó resistencia a pesar de sus ambiciosos planes para mejorar la presencia de la parrilla en el mercado estadounidense. Tras el rechazo, el gobierno de EE. UU. lanzó una investigación, cuestionando las razones detrás de la decisión. La investigación en curso ha desenterrado ahora una serie de mensajes explosivos intercambiados entre Domenicali y los jefes de otros equipos de F1.
Según F1-Insider, estos chats de WhatsApp revelan “acuerdos ilegales” orquestados por Domenicali con varios directores de equipo para evitar la entrada de Andretti. La supuesta colusión ha planteado preguntas sobre la transparencia y equidad del proceso de toma de decisiones dentro del deporte. Si estas alegaciones resultan ser ciertas, la Fórmula 1 podría enfrentar graves consecuencias legales y podría verse obligada a reconsiderar su postura sobre la participación de Andretti Cadillac.
La FIA había dado luz verde a la propuesta de Andretti, solo para que F1 y Liberty Media intervinieran. En respuesta, Andretti buscó todas las vías disponibles para anular la decisión, incluso solicitando apoyo del gobierno de EE. UU., que presentó una serie de consultas dirigidas a la gobernanza del deporte. La comisión de investigación, ahora armada con intercambios de WhatsApp, tiene pruebas suficientes que sugieren maniobras tras bambalinas para mantener el statu quo.
A medida que avanza la investigación, los chats filtrados revelan que múltiples jefes de equipo estaban firmemente en contra de la inclusión de Andretti Cadillac. La principal preocupación parece ser que la adición de un undécimo equipo perturbaría el equilibrio competitivo y financiero de la parrilla. Según los mensajes filtrados, ciertos jefes de equipo y Domenicali participaron en discusiones que supuestamente violaron acuerdos legales, con la clara intención de bloquear la entrada de Andretti independientemente del potencial valor del proyecto para el deporte.
Andretti y Cadillac habían expresado su disposición a unirse a la parrilla de F1 adquiriendo un equipo existente si fuera necesario, pero dejaron claro que no tenían intención de abandonar su asociación con General Motors. En respuesta, los ejecutivos de GM reafirmaron su compromiso con el proyecto, destacando su inversión de dos años en el desarrollo de una unidad de potencia y un coche de F1.
“Ha sido un proceso de dos años. Estamos desarrollando fuertemente la unidad de potencia y el coche,” declaró un ejecutivo de GM. “Hemos tenido reuniones positivas y seguimos comprometidos. No vamos a retroceder; estaremos allí de una forma u otra.”
A pesar de la perseverancia de Andretti, varias figuras dentro del deporte han expresado preocupaciones sobre el impacto potencial de agregar un nuevo equipo. Argumentan que la parrilla, ya competitiva, podría volverse demasiado concurrida con dos pilotos adicionales, comprometiendo potencialmente la seguridad en pista y la dinámica de las carreras. Tal resistencia hace poco probable que la F1 reconsidere su posición a menos que el gobierno de EE. UU., respaldado por los hallazgos de los chats filtrados, obligue al deporte a actuar.
La saga Andretti-Cadillac continúa desarrollándose, con la integridad y gobernanza del deporte ahora bajo un intenso escrutinio. Si la investigación confirma colusión ilegal, la Fórmula 1 podría verse obligada a retractarse de su rechazo, remodelando fundamentalmente el futuro de la parrilla. A medida que aumentan las apuestas, todas las miradas están puestas en Domenicali y los otros directores de equipo para ver si pueden soportar la tormenta que se avecina por esta explosiva controversia.