Penske Racing Enfrenta Controversia en la Clasificación del Indianapolis 500
En un sorprendente giro de eventos en la clasificación del Indianapolis 500, Pato O’Ward de Arrow McLaren no dudó en expresar sus pensamientos sobre la violación técnica que involucraba a los coches del Team Penske. La controversia surgió cuando los oficiales de IndyCar descubrieron problemas con el atenuador trasero en el Chevrolet No. 2 de Josef Newgarden y el Chevrolet No. 12 de Will Power durante la ronda de clasificación Fast 12.
Penske Racing tomó una decisión cuestionable al trabajar en los coches en la zona de pits, con la esperanza de solucionar el problema y continuar con la clasificación. Sin embargo, sus esperanzas se desvanecieron cuando ambos coches fueron finalmente retirados de la alineación, resultando en una decepcionante 10ª a 12ª posición en la parrilla junto a Scott McLaughlin.
O’Ward no se contuvo al afirmar: «No lo estaban haciendo accidentalmente porque tenían el soplete justo ahí para sacarlo. Honestamente, siento por [Jacob] Abel y por todos los que hicieron las descalificaciones o la clasificación de última oportunidad. Esos coches (de Penske) no estaban dentro de las regulaciones.»
El joven piloto expresó su creencia de que los coches de Penske deberían haber enfrentado consecuencias más severas, sugiriendo que deberían haber sido enviados al Clasificador de Última Oportunidad de inmediato. O’Ward criticó las acciones del equipo, enfatizando que tal comportamiento era innecesario para un equipo poderoso como Penske Racing.
La situación dio un giro dramático cuando el novato Jacob Abel no logró clasificar para la prestigiosa carrera, mientras que los coches de Penske, a pesar de su violación de reglas, habían asegurado inicialmente lugares en el Fast 12. Las declaraciones de O’Ward arrojan luz sobre la importancia de mantener las regulaciones en los deportes de motor y la necesidad de juego limpio entre todos los competidores.
A medida que se acerca la Indianapolis 500, la controversia en torno a Penske Racing añade una capa inesperada de intriga a un evento que ya es intenso y de alto riesgo. Tanto los aficionados como los expertos se quedan especulando sobre las implicaciones de este incidente en la reputación y el rendimiento del equipo en el futuro.