En una carrera de NASCAR Xfinity Series que dejó sin aliento en el Texas Motor Speedway, el caos reinó supremo con 11 banderas amarillas y una serie de incidentes que mantuvieron a los aficionados al borde de sus asientos. Kyle Larson emergió victorioso en un final de doble tiempo extra, añadiendo más drama al ya intenso evento.
Sin embargo, las consecuencias de la carrera trajeron más sorpresas, ya que Kaulig Racing enfrentó penalizaciones tras el tumultuoso enfrentamiento en Texas. El piloto Daniel Dye estuvo a punto de conseguir un puesto entre los 10 primeros, solo para que el equipo recibiera una multa de $10,000 por dos tuercas de rueda no aseguradas en el auto No. 10 durante la inspección posterior a la carrera. El jefe de equipo, Kevin Walter, también fue suspendido para el próximo evento en Charlotte, destacando la énfasis de NASCAR en la seguridad en los pits.
La serie Xfinity no fue la única división que enfrentó penalizaciones después de Texas. La carrera de la Cup Series vio aún más caos, con numerosas penalizaciones emitidas por infracciones en la pista de pits. Desde pilotos entrando a pits temprano hasta violaciones de velocidad y problemas con la línea de compromiso, la carrera fue una montaña rusa de errores y consecuencias.
A medida que NASCAR se dirige a Kansas, los equipos están bajo una inmensa presión para ajustar su ejecución y evitar actuaciones llenas de penalizaciones. La delgada línea entre la agresión y la disciplina nunca ha sido más clara, con el caos de Texas sirviendo como un recordatorio contundente de las altas apuestas en las carreras modernas.