Volvo anunció que el nuevo ES90 tiene una de las huellas de carbono más pequeñas entre todos los modelos premium de la marca sueca.
La empresa presentó el informe de evaluación del ciclo de vida (LCA) para el nuevo sedán 100% eléctrico, que registra todos los materiales y procesos que contribuyen a las emisiones de CO2 del vehículo eléctrico a lo largo de su ciclo de vida.
Según el análisis, cuando el ES90 se carga con electricidad de la red energética europea, su huella de CO2 es de 31 toneladas. Esto es aproximadamente un 50% menos que la del Volvo S90 con propulsión híbrida y un 30% menor que la de un S90 con propulsión híbrida enchufable. También es menor que la huella de CO2 de los Volvos eléctricos compactos EX40 y EC40.
Si se utiliza electricidad eólica exclusivamente para cargar las baterías del ES90, la huella de CO2 se reduce a 26 toneladas.
El informe LCA, verificado de manera independiente por Volvo, identifica los materiales y procesos más importantes que influyen en la huella de carbono del vehículo. Además, considera todo el ciclo de vida del vehículo eléctrico: desde la extracción y procesamiento de materias primas, pasando por la producción y el uso, hasta el final del ciclo de vida del vehículo.
«Vamos más allá de los requisitos legales existentes y nos esforzamos por alcanzar metas claras porque esto es importante para nosotros», dijo Vanessa Butani, Directora Global de Sostenibilidad en Volvo Cars. «Nuestro liderazgo en electrificación es un paso hacia nuestra meta de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2040. En este sentido, el Volvo ES90 representa nuestro enfoque holístico hacia la sostenibilidad, que incluye economía circular, producción climáticamente neutra y prácticas comerciales responsables.»