Para el niño dorado de NASCAR Chase Elliott, el Super Bowl fue más que solo un juego de fútbol; fue un fin de semana de estrenos, excesos y lujo deslumbrante. Desde su primer viaje a Nueva Orleans hasta presenciar cómo los Philadelphia Eagles desmantelaron a los Kansas City Chiefs, Elliott disfrutó del espectáculo. Y cuando todo terminó, voló en su nuevo avión privado de $5.7 millones, demostrando una vez más que cuando se trata de velocidad—ya sea en la pista o en el aire—nunca se frena.
Sobre carga del Super Bowl: Elliott Abrumado por el Espectáculo
Elliott puede estar acostumbrado a multitudes agotadas en Daytona y Talladega, pero incluso un campeón de NASCAR no podría prepararse para la enorme escala de la experiencia del Super Bowl.
“Todo es exactamente lo que uno pensaría que sería”, le dijo Elliott a Dale Earnhardt Jr. en un podcast reciente. “Todo está hecho al 10° grado—exagerado.”
Asistiendo a su primer Super Bowl, Elliott no pudo evitar compararlo con el evento más grande de NASCAR. “Era reminiscentemente de las carreras en Daytona para las 500,” dijo. “Todo está tan ajustado, cada detalle está establecido, y la vibra en el aire es simplemente increíble.”
La producción, la energía y la acción detrás de escena lo dejaron asombrado. Y aunque Elliott disfrutó del juego, tenía una razón extra para celebrar: los Chiefs perdieron.
La Conexión de Elliott con los Eagles: Apoyando al Underdog
A pesar de ser un fanático acérrimo de Josh Allen, Elliott no tuvo problemas en cambiar de lealtades cuando los Buffalo Bills quedaron fuera de la contienda. Con los Chiefs dominando constantemente la liga, Elliott no quería nada más que verlos caer.
“Dicho esto, los Chiefs siempre son difíciles, pero estoy apoyando a los Eagles,” admitió Elliott. “Me gustaría verlos ganar.”
Mientras Patrick Mahomes y los Chiefs veían cómo su dinastía recibía un golpe, Elliott disfrutó del momento, al igual que millones de otros fanáticos de la NFL ansiosos por sangre fresca en la cima.
De la Pista de Carreras a la Pasarela: La Actualización del Jet Privado de Elliott
Pero el Super Bowl no fue solo sobre fútbol para Elliott—también se trataba de volar con estilo. El campeón de la Serie de la Copa NASCAR 2020 ha sido apasionado por la aviación desde hace mucho tiempo, un rasgo que heredó de su legendario padre Bill Elliott. Y ahora, ha llevado esa pasión a un nivel completamente nuevo.
Elliott recientemente cambió su Cessna Citation 525B de 2006 por un modelo nuevo de 2013, un jet valorado en asombrosos $5.695 millones. El interior mejorado, la presión de cabina optimizada y los controles de vuelo refinados hacen que el viaje sea aún más suave, permitiendo a Elliott viajar con más velocidad, más comodidad y más sofisticación que nunca.
Y no perdió tiempo en darle una vuelta. Después de la Super Bowl LIX, Elliott salió de Nueva Orleans tarde el domingo por la noche, volando de regreso en su nueva aeronave. Pero esta vez, había una diferencia: no estaba solo.
¿No más vuelos en solitario? Elliott toma un copiloto
Mientras Elliott ha sido conocido por pilotear sus propios aviones, esta vez tuvo compañía. Según Brian de Aviate Alabama, Elliott había regresado recientemente de Flight Safety International en Orlando para obtener la certificación de tipo en la nueva aeronave, asegurándose de que está completamente calificado para operarla.
“Sí, voló hasta allí el viernes y salió realmente tarde después del juego el domingo por la noche”, compartió Brian. “Tenía un copiloto con él, así que parece que ya no volará solo más.”
Aunque el amor de Elliott por controlar su propio destino—tanto en la pista como en el cielo—permanece intacto, el salto a una aeronave más avanzada significa que ahora tendrá un par de manos extra en la cabina.
Chase Elliott: Siempre Persiguiendo Nuevas Alturas
Ya sea dominando las carreras más grandes de NASCAR o surcando los cielos en su jet privado, Chase Elliott siempre está empujando los límites. Su fin de semana del Super Bowl fue solo otro ejemplo de su impulso implacable—tanto en tierra como en el aire.
A medida que se acerca la Daytona 500, Elliott ahora vuelve a centrar su atención en la pista. Pero una cosa es clara: no importa a dónde se dirija, llegará allí más rápido, más suave y con estilo.