El Daytona 500 siempre ha sido sobre alta velocidad y altas apuestas, pero este año, vino con una carga política. A medida que el Presidente Donald Trump hizo su regreso a la Gran Carrera Americana, la reacción del mundo de NASCAR fue fuerte, dividida y—dependiendo de a quién le preguntes—ya sea electrizante o irrelevante.
Para Bubba Wallace, sin embargo, fue solo otro día en la pista.
Cuando se le preguntó sobre los rumores de que Trump asistiría a Daytona, Wallace los desestimó sin dudar.
«No me importa en absoluto,» dijo Wallace.
Su respuesta contundente fue más que solo indiferencia—fue un reflejo de una disputa de larga data entre Wallace y Trump que se remonta a 2020, cuando el expresidente acusó a Wallace de orquestar un «engaño» sobre la soga encontrada en su garaje en Talladega Superspeedway.
Ahora, en 2025, con Trump de regreso en el cargo y de vuelta en el evento más grande de NASCAR, el contraste entre las dos figuras no podría ser más agudo.
El Espectáculo de Daytona 500 de Trump—Los Fans Estallan cuando “La Bestia” Sale a la Pista
La llegada del presidente a Daytona fue nada menos que un espectáculo. Entrando en la pista en la limusina presidencial, “La Bestia,” Trump una vez más dio una vuelta ceremonial antes de que se ondeara la bandera verde—un momento que se volvió viral instantáneamente en las redes sociales.
«¡POTUS es el GOATUS!» declaró un fan, resumiendo el entusiasmo de los seguidores de Trump presentes.
La respuesta marcó un cambio importante respecto a la tensión que una vez rodeó la relación de Trump con NASCAR. En 2020, Trump chocó con el deporte por Bubba Wallace y la prohibición de la bandera confederada en los eventos. Esta vez, fue recibido con vítores ensordecedores.
- Las redes sociales explotaron con fans elogiando la presencia de Trump.
- Algunos admitieron que sintonizaron solo para verlo a él, no la carrera en sí.
- Las calificaciones de televisión se dispararon la última vez que Trump asistió a las 500 en 2020, y la expectativa era la misma esta vez.
«¿Puedes imaginar lo salvaje que suena la multitud con Trump en la pista? Increíble,» escribió un fan.
Para Trump, no se trataba solo de aparecer—él jugó con el factor entretenimiento, elogiando a los conductores en una entrevista previa a la carrera.
«Digo que tienen mucho valor al hacer esto,» dijo Trump en Fox Sports. «Tienen muchas agallas, como dirían.»
Fue el clásico Trump—jugando para su base, haciendo titulares, y convirtiendo un evento deportivo en un espectáculo político.
La Rivalidad Wallace-Trump Aún Persiste en el Fondo
Mientras Trump fue celebrado por la multitud de Daytona, el elefante en la habitación era sus ataques pasados a Bubba Wallace.
- En 2020, NASCAR y Wallace estuvieron en el centro de una controversia nacional cuando se encontró un lazo en el garaje de Wallace.
- Una investigación del FBI determinó que no era un crimen de odio dirigido, pero Trump acusó a Wallace de promover un “engaño”.
- Trump incluso exigió una disculpa de Wallace, afirmando que le debía una a NASCAR y sus aficionados.
Wallace, en respuesta, nunca se echó atrás.
“El amor debería surgir de forma natural, ya que a las personas se les ENSEÑA a odiar,” escribió Wallace en ese momento.
Se convirtió en uno de los pilotos de NASCAR más vocales sobre cuestiones sociales, apoyando la prohibición de la bandera confederada y abogando por más inclusividad en el deporte.
Ahora, con el regreso de Trump a Daytona y Wallace continuando dejando su huella en el deporte, los dos se presentan como opuestos simbólicos en un paisaje de NASCAR dividido.
- Wallace representa el impulso de NASCAR hacia una nueva era progresista.
- Trump encarna la base tradicional de NASCAR que dominó el deporte durante décadas.
Mientras Wallace ignoraba el regreso de Trump, los rugientes vítores del público sugerían un cambio de vuelta hacia las lealtades tradicionales de los aficionados.
La Crisis de Identidad de NASCAR—Progreso vs. Tradición
El espectáculo de Daytona 500 de Trump volvió a poner de relieve la lucha de identidad continua de NASCAR.
- El deporte ha trabajado arduamente para expandir su base de aficionados más allá de sus raíces tradicionales.
- Wallace y la dirección de NASCAR han tomado medidas para hacer el deporte más inclusivo.
- Pero el regreso de Trump demuestra que la base tradicional sigue viva y coleando—y ruidosamente.
Mientras Wallace se mantiene enfocado en las carreras, su presencia en NASCAR asegura que el deporte continúe evolucionando, incluso cuando figuras como Trump reavivan la influencia de la vieja guardia.
El Daytona 500 de 2025 no fue solo una carrera—fue una colisión de pasado y presente, progreso y tradición, política y deportes.
Y mientras los motores rugían y la bandera verde ondeaba, la batalla de NASCAR por su identidad en el futuro continuaba.