La Fórmula 1 enfrenta una importante revisión en su sistema de protestas tras las acciones controvertidas de Red Bull
En un giro sorprendente de los acontecimientos, la Fórmula 1 está al borde de una gran sacudida en su sistema de protestas tras las acciones muy criticadas de Red Bull contra George Russell en el reciente Gran Premio de Canadá.
Las incesantes protestas de Red Bull contra la victoria de Russell en Montreal, citando razones que iban desde una supuesta conducción errática hasta conducta antideportiva, arrojaron los resultados de la carrera en un estado de confusión. La persistencia del equipo en impugnar la victoria de Russell llevó a una demora en la confirmación del resultado final, dejando a los aficionados y oficiales en suspenso durante cinco largas horas hasta que la FIA finalmente desestimó las reclamaciones de Red Bull.
No es la primera vez que Red Bull ha levantado cejas con sus estrategias de protesta esta temporada, habiendo impugnado previamente un incidente de bandera amarilla que involucraba a Russell en Miami. Mientras que el director del equipo Red Bull, Christian Horner, defendió su derecho a protestar lo que consideraban agravios legítimos, el jefe de Mercedes, Toto Wolff, expresó su frustración, calificando algunas de las acciones como «un poco arriesgadas».
Wolff reveló que la FIA está contemplando imponer sanciones más significativas por lanzar protestas, sugiriendo que el actual depósito de €2000 es solo un pequeño toque en la muñeca para equipos con presupuestos masivos. Enfatizó la necesidad de multas que hagan que los equipos piensen dos veces antes de impugnar los resultados de las carreras, insinuando un potencial vergonzoso para aquellos que pierdan su caso.
Varios propuestas están supuestamente sobre la mesa para renovar el sistema de protestas, incluyendo depósitos más grandes y la introducción de un sistema de desafíos similar al del tenis, donde los equipos tendrían un número limitado de protestas por temporada. Mientras que algunos creen que el sistema actual funciona bien y cualquier alteración podría tener consecuencias imprevistas, otros argumentan que los cambios podrían ser necesarios con las próximas regulaciones en 2026 que potencialmente podrían dar lugar a más disputas entre equipos.
El destino del sistema de protestas está destinado a ser un tema candente en la próxima reunión de la Comisión de F1 el 22 de julio, justo antes del Gran Premio de Bélgica. A medida que el deporte se prepara para una posible transformación en la forma en que se manejan las protestas, el futuro de la Fórmula 1 pende de un hilo.