Hace apenas un mes, el mundo automotriz zumbaba con noticias de un posible cambio sísmico: Honda y Nissan firmaron un memorando de entendimiento (MoU) para explorar una fusión revolucionaria en una sola empresa matriz. Pero a medida que se asienta el polvo, una pregunta se cierne en el aire: ¿se unirá Mitsubishi a la fiesta o elegirá la independencia?
¿Una alianza efímera?
Cuando Honda y Nissan anunciaron sus planes el 23 de diciembre de 2024, la especulación estalló. El MoU prometía unir a dos de los gigantes automotrices de Japón, creando potencialmente una de las compañías de automóviles más grandes de la historia. Un segundo MoU, firmado en silencio el mismo día, insinuó la posible participación de Mitsubishi, elevando aún más las apuestas.
Sin embargo, solo unas semanas después, informes del periódico japonés Yomiuri afirman que Mitsubishi se está retirando del acuerdo. Aunque el fabricante de automóviles aún no ha confirmado su postura, fuentes internas sugieren que Mitsubishi prefiere mantenerse solo a pesar del 24% de participación de Nissan. Una declaración reciente de Mitsubishi solo añadió más intriga, sin confirmar ni desmentir los rumores, y en su lugar afirmando que la compañía «todavía está evaluando opciones.»
Renault: El elefante en la habitación
La complicada red de alianzas corporativas complica aún más la posible fusión. Renault posee una participación del 15% en Nissan (y viceversa), creando un delicado equilibrio de poder. Bloomberg informa que Honda, sin embargo, no quiere formar parte de la influencia de Renault en el acuerdo, complicando aún más la decisión de Mitsubishi. La respuesta de Renault a las conversaciones sobre la fusión ha sido cautelosa, afirmando que “considerará todas las opciones en función del mejor interés del Grupo y sus partes interesadas.”
La próxima presentación de ganancias del tercer trimestre fiscal de Mitsubishi el 3 de febrero de 2025, podría finalmente traer claridad. Se espera que el anuncio revele si Mitsubishi se unirá a Honda y Nissan o continuará como un jugador independiente. Incluso si Mitsubishi elige operar en solitario, podría no escapar de la atracción gravitacional de Honda-Nissan, ya que la nueva empresa matriz aún podría aprovechar la participación del 24% de Nissan para influir en el futuro de Mitsubishi.
¿Está Honda liderando una «toma de control disfrazada»?
El ex CEO de Nissan-Renault, Carlos Ghosn, no se anduvo con rodeos al opinar sobre la fusión. En agosto de 2024, Ghosn calificó los planes de Honda como una “toma de control disfrazada” tanto de Nissan como de Mitsubishi, argumentando que el tamaño y la dominancia de mercado de Honda lo colocan en el “asiento del conductor.” Sus comentarios han reavivado debates sobre si la fusión representa una asociación equilibrada o una toma de poder calculada.
Perspectiva de Toyota: «No es nuestro circo»
En medio del caos que se avecina, Toyota, el mayor fabricante de automóviles del mundo, ha mantenido su distancia. El presidente Akio Toyoda desestimó cualquier especulación sobre la participación de Toyota, señalando las leyes antimonopolio que harían imposible una super-fusión de este tipo. Con Toyota ya gestionando participaciones en Subaru (20%), Mazda (5%), Suzuki (5%) y la propiedad total de Daihatsu, añadir a Honda y Nissan al grupo habría sido una pesadilla logística.
¿Qué sigue para Mitsubishi?
Las apuestas no podrían ser más altas. Unirse a la fusión Honda-Nissan podría posicionar a Mitsubishi como parte de un coloso automotriz, mejor preparado para afrontar la revolución de los vehículos eléctricos y la competencia global. Sin embargo, la independencia permitiría a Mitsubishi mantener su autonomía, lo que podría salvaguardar su identidad única en una industria que se está consolidando rápidamente.
Por ahora, todas las miradas están puestas en el anuncio de Mitsubishi del 3 de febrero. ¿Se alineará con la visión de Honda y Nissan para un futuro unificado, o apostará por la independencia en un mercado cada vez más feroz?