Juan Pablo Montoya, el veterano piloto de carreras una vez famoso por sus etapas en la Fórmula 1, está nuevamente en el centro de la conversación del paddock después de que se pronunciara sobre el futuro incierto del campeón reinante Max Verstappen. Tras la sorprendente destitución de Christian Horner como director de Red Bull Racing, los observadores han comenzado a conectar esa sacudida directamente con Verstappen; el propio Montoya ha llamado a la situación la «pregunta del millón de dólares.»
El colombiano se pregunta si Horner fue despedido como un último esfuerzo por apaciguar a Verstappen o, por el contrario, si esto muestra que el equipo ya se ha resignado a perderlo. Su sorpresa ante la salida de Horner sugiere que las conversaciones internas mucho antes de este anuncio pueden haber señalado efectivamente una ruptura entre el equipo y su líder de larga data.
Mientras tanto, el paddock más amplio de la Fórmula 1 observa de cerca cómo se desarrollan estas preguntas y aumenta la especulación. ¿Puede Red Bull persuadir a Verstappen para que se quede, o están al borde de perder su activo más valioso? Los comentarios de Montoya, provocativos como siempre, han hecho poco para calmar la rumorología; sin embargo, han recordado a los aficionados y analistas por igual la delgada línea entre la lealtad y la oportunidad en el deporte motor moderno.