El director del equipo Alpine, Oliver Oakes, está firmemente detrás de la decisión revolucionaria del Grupo Renault de cancelar su programa de motores de Fórmula 1, que ha existido durante mucho tiempo. En un movimiento que envió ondas de choque a través del mundo de la F1, Renault detendrá el desarrollo de motores en Viry-Châtillon, señalando la transición del equipo francés a ser un proveedor de motores para finales de 2025. Y aunque la noticia provocó cierta reacción negativa entre el personal de Viry, Oakes no podría estar más de acuerdo.
“Para mí, como jefe de equipo, solo quiero el mejor motor con el que competir,” declaró Oakes sin disculparse. “De eso se trata todo.”
Este sentimiento contundente subraya la ambición del jefe de Alpine de dar la vuelta a un equipo que ha estado estancado en el noveno lugar del Campeonato de Constructores esta temporada. Oakes está convencido de que la clave para el resurgimiento de Alpine radica en deshacerse de la unidad de potencia de Renault, que ha fallado en mantenerse al ritmo desde que comenzó la era híbrida en 2014.
Alpine está buscando una asociación con nada menos que Mercedes, posicionándose para recibir uno de los motores más competitivos de la parrilla. Este podría ser un cambio monumental para un equipo que ha sufrido resultados mediocres, logrando solo una sorprendente victoria en Gran Premio desde 2021 y deslizándose de un prometedor cuarto lugar en la clasificación de 2022 a un desolador noveno en 2024.
La decisión de Renault de abandonar el desarrollo de motores—después de décadas dominando el juego de motores en F1—fue puramente financiera. Producir una unidad de potencia de F1 cuesta la asombrosa cifra de 120 millones de dólares anuales, y cambiar a un acuerdo de motor cliente costaría solo una fracción de eso. Con tales ahorros significativos, Renault se está alejando de un elemento central de su legado en F1, poniendo fin a una asociación que data de 1977.
Si bien la salida de Viry marca el final de una era, Oakes se mantiene enfocado en el futuro. Insiste en que la fuente del motor del equipo es irrelevante siempre y cuando Alpine pueda lograr victorias. “A nadie le importa qué hay debajo del capó si estás ganando”, comentó Oakes, señalando un compromiso implacable con el rendimiento.
El potencial futuro de Alpine con motores Mercedes ha sido recibido con entusiasmo y anticipación. Y con Oakes al mando, el equipo parece decidido a liberarse de su reciente declive y volver a la contienda.
Con Renault saliendo de la producción de motores de F1 y Alpine preparándose para unirse a las filas de los equipos clientes, la atención se centra en 2025. ¿Podría ser esta la chispa que finalmente reavive las ambiciones de campeonato del equipo francés?
La respuesta podría estar muy bien en un futuro impulsado por Mercedes.