En una sorprendente confesión, el CEO de Ford, Jim Farley, ha revelado que ha estado conduciendo un vehículo eléctrico Xiaomi SU7 fabricado en China durante meses, y no está ansioso por deshacerse de él. En una entrevista franca con el Everything Electric Show, Farley describió sus experiencias con el mercado automotriz chino como “epifanías”, subrayando la enorme brecha entre los fabricantes de automóviles occidentales y chinos en lo que respecta al desarrollo de vehículos eléctricos (EV).
Xiaomi, conocido principalmente por sus teléfonos inteligentes y scooters eléctricos, presentó su primer vehículo de pasajeros, el SU7, a finales de 2023. El EV se convirtió instantáneamente en una sensación, agotando toda su producción para 2024 en solo 24 horas, y ahora cuenta con una lista de espera de seis meses. Los elogios de Farley hacia el SU7 sugieren que es más que solo una moda. “Conduzco un Xiaomi. Volamos uno de Shanghái a Chicago, y lo he estado conduciendo durante seis meses. No quiero deshacerme de él,” admitió Farley.
Esta revelación llega en un momento en que los fabricantes de automóviles occidentales enfrentan críticas crecientes por quedarse atrás en los avances de EV. Según Farley, la clave de la diferencia es que gigantes tecnológicos chinos como Xiaomi y Huawei están profundamente integrados en la industria automotriz, combinando tecnología de teléfonos inteligentes de vanguardia con la producción de vehículos de maneras que las empresas occidentales aún no han logrado. «En China, tanto Huawei como Xiaomi, las dos compañías de teléfonos móviles más grandes, están dentro de cada vehículo que se fabrica,» explicó Farley.
Las declaraciones de Farley ofrecen una visión sobria del futuro de la industria automotriz global. Mientras que los fabricantes de automóviles de EE. UU. y Europa han avanzado en movilidad eléctrica, están muy por detrás de China en áreas como tecnología de baterías, integración de software, precios e infraestructura de carga. InsideEVs informó a principios de este año que los fabricantes de automóviles chinos están años por delante de sus homólogos occidentales en estas áreas cruciales.
Desafortunadamente para los consumidores estadounidenses, los enormes aranceles sobre las importaciones de automóviles chinos les impiden experimentar estos avances de primera mano. El temor dentro de la industria automotriz de EE. UU. es que, sin estos aranceles, los fabricantes chinos dominarían rápidamente el mercado con productos superiores a precios más bajos, lo que podría devastar a los fabricantes de automóviles occidentales. Farley, quien anteriormente describió a los fabricantes de automóviles chinos como una “amenaza existencial”, parece haber reforzado esa creencia con su admiración por el Xiaomi SU7.
El elogio público de Farley a un EV chino señala que los fabricantes de automóviles occidentales, especialmente en EE. UU., necesitan acelerar su desarrollo de EV o arriesgarse a quedarse aún más atrás. Su experiencia con el Xiaomi es una llamada de atención: la competencia no solo está llegando, ya está aquí y está muy por delante.