La temporada de NASCAR 2025 apenas ha comenzado, sin embargo, la controversia ya está avanzando rápidamente, con titulares dominados por cuestiones polémicas relacionadas con las cautelas inconsistentes en Daytona y Atlanta, y más recientemente, los límites de pista cuestionables en el Circuito de las Américas (COTA). Figuras prominentes de NASCAR están pidiendo responsabilidad, argumentando que la integridad del deporte está en riesgo.
Kyle Busch, un experimentado piloto de NASCAR, fue uno de los primeros en expresar su desaprobación. Durante una carrera acalorada contra Shane van Gisbergen, Busch notó una irregularidad. Van Gisbergen parecía estar cortando repetidamente la Curva 6 sin enfrentar ninguna penalización. Esto dejó a Busch desconcertado e iracundo, especialmente después de que su equipo confirmara que NASCAR no estaba imponiendo límites de pista en esa curva, en contra de afirmaciones anteriores.
Sin embargo, Busch no estaba solo en su frustración. Los aficionados y los expertos de NASCAR también han criticado la toma de decisiones del deporte. Respetados insiders de NASCAR como Jeff Gluck y Jordan Bianchi han expresado sus preocupaciones, denunciando la aplicación inconsistente de las reglas de NASCAR y la falta de claridad. Destacaron una observación particularmente alarmante sobre la falta de regulación de NASCAR en la Curva 6, lo que llevó a algunos a cuestionar los métodos de arbitraje del deporte.
NASCAR había, de hecho, realizado algunos cambios significativos en la pista para la carrera de 2025 en el COTA, amigable con la Fórmula 1. El habitual trazado de 3.4 millas de Fórmula Uno fue reemplazado por un diseño acortado de 2.4 millas. La modificación resultó beneficiosa en muchos aspectos: facilitó una competencia más cercana, mejoró las oportunidades de adelantamiento y ofreció a los aficionados una acción más emocionante. Sin embargo, una curva en particular, la Curva 6, se convirtió en un punto focal polémico.
Inicialmente, NASCAR tenía la intención de instalar barreras de 400 libras en ciertos puntos para prevenir el corte de esquinas. Sin embargo, las preocupaciones de seguridad planteadas por los pilotos llevaron a los oficiales a eliminar estas barreras. En su lugar, confiaron en cámaras para monitorear los límites de la pista. Desafortunadamente, la cobertura no fue completa, dejando algunas áreas, notablemente la Curva 6, sin monitorear. Esta falta de consistencia desató un acalorado debate entre los aficionados y expertos por igual. Jordan Bianchi, un analista de The Athletic, incluso sugirió un atisbo de conspiración.
Jeff Gluck, otro conocido insider de NASCAR, arrojó más luz sobre el tema durante The Teardown Podcast. Gluck reveló que NASCAR originalmente no tenía planes de hacer cumplir los límites de la pista. Sin embargo, un cambio de plan de último minuto los llevó a recurrir a las cámaras, aunque sin una cobertura adecuada de toda la pista.
La repercusión se sintió más agudamente por Kyle Busch, quien siguió las reglas pero descubrió a mitad de camino que no se estaban aplicando de manera uniforme. Esto le dio a competidores como Van Gisbergen una ventaja injusta, un hecho que dejó a Busch visiblemente molesto. Después de la carrera, Busch fue vocal sobre su insatisfacción con el proceso de arbitraje de NASCAR, afirmando sin rodeos: “NASCAR no tiene ni idea de lo que están haciendo en términos de arbitraje.”
A pesar de su decepción, la última victoria de Busch en una carrera fue en 2023 en Gateway, y aún lideró 42 vueltas, la mayor cantidad en la carrera en COTA, lo que indica que puede sacar algunos aspectos positivos de la carrera. Sin embargo, la controversia en torno al arbitraje de NASCAR sigue siendo un tema recurrente esta temporada, proyectando una sombra sobre la integridad del deporte.
La aplicación inconsistente de las reglas también fue evidente en las primeras dos semanas de la temporada en Daytona y Atlanta, con decisiones aparentemente arbitrarias sobre cuándo llamar a precaución, causando confusión y frustración. El problema llegó a un punto crítico en el Daytona 500, donde a William Byron se le permitió saltar del 6to lugar al primero, a pesar de un accidente que debería haber provocado una precaución.
La inconsistencia continuó en Atlanta, donde se llamó a una precaución debido a un incidente detrás de los líderes, negando a los espectadores un posible final fotográfico. Esta inconsistencia en la arbitraje ha planteado preguntas sobre la credibilidad y la equidad del deporte.
A medida que NASCAR se prepara para la próxima carrera en Phoenix, el deporte enfrenta una prueba crucial. Necesita demostrar un enfoque consistente y transparente en la aplicación de las reglas, asegurando que las carreras sean justas y que los resultados no se vean influenciados por decisiones arbitrarias. La futura credibilidad de NASCAR puede depender de cómo responda a estos desafíos. Mientras esperamos que los motores rugan en Phoenix, la pregunta sigue siendo: ¿Robará nuevamente la atención el arbitraje de NASCAR? Solo el tiempo lo dirá.








