En el mundo de alta energía de NASCAR, las alianzas son un salvavidas para los equipos más pequeños. Se atan a jugadores más grandes en una relación simbiótica donde el equipo más pequeño se beneficia de la tecnología, los coches y el capital intelectual de las grandes ligas. En 2024, la dinámica de la parrilla experimentó un cambio sísmico cuando Front Row Motorsports se separó de RFK Racing para alinearse con Team Penske, uniéndose a las filas de Wood Brothers.
El impacto de tales alianzas es doble: pueden catapultar a un equipo a nuevas alturas o condenarlo a vivir a la sombra del gigante con el que está vinculado. La repentina ascensión del coche No. 21 de Wood Brothers, conducido por Josh Berry, ha levantado cejas en la comunidad de carreras, incluyendo las de Denny Hamlin, copropietario de 23XI Racing.
Desde 2015, el equipo de Wood Brothers ha estado en complicidad con Penske, siendo este último quien proporciona el coche, el equipo y la tecnología. A pesar de tal alianza, el coche No. 21 ha languidecido en gran medida en la parte trasera del grupo, considerado más como un campo de pruebas para las estrellas de Penske que como una competencia. Sin embargo, la narrativa ha cambiado drásticamente en 2025. El coche, ahora bajo el control de Josh Berry, ha mostrado signos de un renacimiento, exhibiendo niveles de rendimiento que son más parecidos a un coche de Team Penske que al eterno subdesempeñador que ha sido en el pasado.
En su podcast «Actions Detrimental,» Denny Hamlin compartió sus ideas sobre el sorprendente giro del coche No. 21. Se preguntó si la mejora podría atribuirse a un cambio en la estrategia de Team Penske, quizás elevando el coche No. 21 de un vehículo de desarrollo a un competidor de pleno derecho.
Las actuaciones de Josh Berry en su Ford Mustang han sido un testimonio de la transformación del coche No. 21. En comparación con sus homólogos de Penske, Berry ya ha asegurado dos finales entre los cinco primeros y una victoria esta temporada, lo cual es un marcado contraste con el historial del equipo desde 2018 hasta 2024. Durante este período, el equipo solo logró una victoria y nueve finales entre los cinco primeros.
Mientras Hamlin profundiza en las complejidades de estas alianzas, también ha experimentado su parte de triunfos y tribulaciones. Un fin de semana increíblemente exitoso en Las Vegas lo vio embolsarse más de $200,000 en ganancias. Sin embargo, su suerte no se trasladó a la pista, donde una penalización por exceso de velocidad en la carretera de pits lo relegó a un decepcionante 25º lugar.
Fuera de la pista, las fortunas de Hamlin han sido mixtas. Después de perder a su patrocinador de larga data FedEx, está potencialmente al borde de asegurar un nuevo patrocinador en forma de Progressive Insurance. A pesar de los altibajos, la pasión de Hamlin por el deporte sigue siendo inquebrantable, y su viaje de 21 años en NASCAR está lejos de haber terminado.
El ascenso del coche No. 21 y las alianzas cambiantes en NASCAR es una historia intrigante para seguir. Si bien el repentino resurgimiento del equipo Wood Brothers puede plantear preguntas, también subraya el poder transformador de las alianzas estratégicas en el ámbito de las carreras de motor. Como observadores, esperamos el desarrollo de estas narrativas, cada carrera añadiendo un nuevo capítulo a la emocionante saga de NASCAR.