Denny Hamlin no es ajeno a la controversia. Con 54 victorias en NASCAR, incluyendo triunfos icónicos como el Daytona 500, el piloto de Toyota No. 11 ha construido una carrera como una de las figuras más polarizadoras del automovilismo. Pero esta temporada baja, no fue un atrevido adelantamiento ni una guerra de palabras en la pista lo que encendió la afición—fue el fútbol. Específicamente, la nueva y exuberante lealtad de Hamlin a los Ohio State Buckeyes que dejó a los fans y rivales hablando, algunos vitoreando, otros burlándose.
«¿Fiebre Buckeye» o Faux Pas de Fan?
Hamlin, copropietario de 23XI Racing junto a Michael Jordan, sorprendió a muchos con su apasionado apoyo al equipo de fútbol de la Universidad Estatal de Ohio, un movimiento que rápidamente se convirtió en un tema de discusión acalorada. Durante un partido reciente contra los Indiana Hoosiers, se vio a Hamlin animando en las gradas, abrazando la energía del equipo desde el silbato inicial hasta su victoria por 13 puntos. Sin embargo, cuando sonó el himno de los Buckeyes, Hamlin admitió que no conocía la letra, optando en su lugar por mover sus brazos torpemente, para diversión de los aficionados.
Un Villano Acepta el Papel
El fanatismo público de Hamlin por los Buckeyes puede haber parecido inofensivo, pero para un piloto ya etiquetado como la figura más divisiva de NASCAR, esto añadió leña al fuego. Conocido por su personalidad audaz y sin filtros, Hamlin ha prosperado durante mucho tiempo en la mezcla de abucheos y aplausos que lo siguen. En las carreras, sus detractores no son tímidos—mostrando su desdén con dedos medios y gritos ruidosos—pero Hamlin ha abrazado la animosidad, aceptando su papel como el villano por excelencia del deporte.
«Hamlin es el chico malo de NASCAR,» publicó un fan en las redes sociales. «¿Ahora está intentando ser un Buckeye? ¿Qué sigue, cantar ‘Hang on Sloopy’ desafinado?»
¿Es Esto un Paso en Falso o un Golpe Maestro?
Para Hamlin, que prospera en el drama de la competencia, alinearse con un equipo deportivo importante como Ohio State probablemente no sea un accidente. Podría verse como un intento audaz de conectarse con una nueva audiencia o quizás una forma de solidificar su estatus como la figura más comentada de NASCAR. Pero la jugada ha dejado a algunos preguntándose: ¿Riesga Hamlin alienar a su base de aficionados con su fanatismo por los Buckeyes?
Los críticos argumentan que las travesuras de Hamlin en la línea lateral restan valor a su legado en las carreras, mientras que los partidarios lo ven como otro ejemplo de su disposición a vivir sin disculpas. “Hamlin prospera con la atención,” dijo un analista. “Ya sea en la pista o en las gradas, sabe cómo mantener a la gente hablando.”
Un Legado de Contradicciones
A los 44 años, Hamlin ocupa el 12º lugar en la lista de victorias de todos los tiempos de NASCAR, con triunfos en eventos históricos como el Coca-Cola 600 y el Würth 400. A pesar de sus logros, su personalidad polarizadora asegura que sea tan famoso por sus travesuras fuera de la pista como por su dominio en ella.
Su lealtad a los Buckeyes es solo el último capítulo en una carrera definida por complejas contradicciones: un nativo de Virginia que anima a Ohio State, un campeón que busca la controversia y un villano que disfruta de su papel.
La Última Vuelta
A medida que se acerca la temporada 2025 de NASCAR, las travesuras de Hamlin—ya sea en la pista o en las gradas—seguro mantendrán a los fanáticos hablando. La pregunta sigue siendo: ¿Es su afición por los Buckeyes un movimiento astuto de relaciones públicas o una distracción de su carrera en las carreras? De cualquier manera, una cosa es cierta: Denny Hamlin no tiene miedo de difuminar las líneas entre héroe y villano, dejando su legado como una de las figuras más fascinantes de NASCAR firmemente intacto.