En un giro de eventos impresionante, Parker Kligerman y su equipo de Henderson Motorsports se encontraron en el lado receptor de un duro golpe por parte de NASCAR. La victoria del equipo fue despojada debido a una violación técnica, una decisión que dejó a Kligerman y su equipo en profunda incredulidad. A pesar de sus mejores esfuerzos por apelar la decisión, NASCAR se mantuvo firme, dejando al equipo sintiéndose agraviado y menospreciado.
Kligerman expresó su profunda decepción y frustración, describiendo la experiencia como una de las semanas más desafiantes de su carrera en las carreras. La decisión parecía solo agregar sal a sus heridas cuando, en un marcado contraste, los pesos pesados de NASCAR, Joe Gibbs Racing (JGR), vieron cómo sus penalizaciones eran completamente anuladas tras una apelación exitosa.
Esto provocó la indignación entre los aficionados y los equipos por igual, ya que lo percibieron como un claro ejemplo de favoritismo hacia los equipos más grandes. Esto salió a la luz cuando la penalización inicial de JGR de una deducción de 100 puntos, una multa de $100,000 y una suspensión de cuatro carreras para el jefe de equipo de Chase Briscoe, James Small, fue completamente revocada tras la apelación. Esto se debió a un alerón modificado en el Daytona 500, una violación similar a la de Kligerman.
Sin embargo, a Kligerman y su equipo no se les mostró tal misericordia. La noticia de la reversión de la penalización de JGR provocó una reacción tensa de Henderson Motorsports. Se dirigieron a las redes sociales para expresar su incredulidad, utilizando una sola palabra potente: “Bruh.” El equipo también compartió un clip de un programa de televisión, subtitulándolo como «el peor día de sus vidas».
Esto podría parecer un contratiempo menor para un equipo como JGR, pero para equipos más pequeños como Henderson Motorsports, tales penalizaciones pueden ser devastadoras. Estos equipos carecen de los recursos y la influencia de sus contrapartes más grandes. Ambos equipos habían sostenido que el problema se debía a una “interferencia de piezas durante el ensamblaje” en lugar de una modificación intencionada. Sin embargo, mientras JGR se libró de la sanción, HMS no logró convencer al panel.
Este no es un incidente aislado. NASCAR tiene un historial de mostrar leniencia hacia los equipos más grandes mientras que actúa con dureza contra los más pequeños. En 2023, Hendrick Motorsports recibió una fuerte penalización por louveres de cofre ilegales que fue revertida. En contraste, Michael McDowell de Front Row Motorsports no tuvo la misma suerte.
Los oficiales de NASCAR han defendido su decisión, afirmando que el panel de apelaciones opera de manera independiente y revisa cada caso basado en la evidencia presentada. Agregaron que la decisión de JGR se basó en circunstancias técnicas específicas únicas para su apelación. Sin embargo, esta explicación hizo poco para calmar la tormenta de frustración.
A pesar del revés, Kligerman ha seguido adelante, ahora trabajando como comentarista para CW. En un podcast reciente, defendió a Carson Hocevar, un joven piloto criticado por su conducción agresiva en el Atlanta Motor Speedway. Kligerman y su coanfitrión Landon Cassill señalaron esto como parte de la continua división generacional en NASCAR.
El apoyo de Kligerman a Hocevar subraya un cambio en la cultura de NASCAR. Los jóvenes pilotos están desafiando los límites, y mientras que algunos veteranos pueden no apreciarlo, los aficionados están acogiendo esta nueva ola de talento. Esta tensión entre los pilotos de la vieja escuela y los audaces recién llegados se está convirtiendo en una historia clave en NASCAR.