Kenny Wallace, el carismático ex piloto de la NASCAR Cup Series y un ícono de las carreras en tierra, recientemente habló sobre la tumultuosa relación que enfrentó en la escena local de las carreras durante sus años en NASCAR. Conocido por su comentario sincero y su inquebrantable pasión por las carreras, Wallace reveló un lado personal de su historia que es tanto sorprendente como conmovedor.
Un Héroe Local Amado Convertido en Paria
Wallace siempre ha sido un favorito de los aficionados en la comunidad de carreras de base, donde su encanto y dedicación al deporte le valieron la adoración. Sin embargo, a medida que ascendió en las filas hacia el nivel élite de NASCAR, se encontró en desacuerdo con las mismas personas que una vez lo animaron. En el quinto episodio del “Herm & Schrader” show, Wallace compartió la dura realidad de cómo su fama en NASCAR lo alienó de la fraternidad local de carreras.
«Cuando eres un piloto de NASCAR, y tratas de correr con estos chicos a nivel local, no les gusta,» confesó Wallace.
La hostilidad fue un shock para Wallace, quien había construido una reputación como uno de los pilotos más accesibles y trabajadores en la escena de tierra. Reflexionando sobre la animosidad, admitió:
«Cuando volví aquí, me odiaban. Y fue un golpe impactante para mí. Me dolió. Realmente lo hizo.»
¿Por qué el odio?
Wallace atribuyó la negatividad al resentimiento de los corredores locales que se sentían opacados por un piloto profesional de NASCAR compitiendo en su territorio. Para ellos, no se trataba solo de competencia, era algo personal.
«Los corredores a nivel local no juegan—o les gustas, o definitivamente no les gustas.»
Esta tensión marcó un alejamiento significativo de la admiración que recibió en sus primeros años. El meteórico ascenso de Wallace a NASCAR, donde se convirtió en un nombre conocido, lo convirtió en un objetivo para aquellos que sentían que su presencia socavaba el espíritu de las carreras locales.
Cambiando la Marea: Redención en la Jubilación
Hoy, Wallace se encuentra en una posición diferente—una de respeto mutuo y admiración renovada. Después de retirarse de la competencia de NASCAR a tiempo completo, regresó a sus raíces, trabajando incansablemente en sus propios autos y compitiendo a nivel grassroots. La misma comunidad que una vez le dio la espalda ahora ve su dedicación bajo una nueva luz.
«Ahora, cuando aparezco en la pista de carreras por mi cuenta, finalmente ven que soy un piloto de carreras,» dijo Wallace, reflexionando con orgullo sobre el progreso que ha hecho para recuperar la confianza de la comunidad.
La transformación de Wallace de una estrella de NASCAR malinterpretada a un héroe local querido es un testimonio de su autenticidad. Su disposición a arremangarse, construir sus propios autos y competir sin un equipo de gran presupuesto le ha valido un nuevo respeto.
Un Vínculo Inquebrantable con los Fans
A pesar de las dificultades, Wallace nunca perdió su conexión con los fans. Su presencia en las redes sociales y su personalidad franca lo han convertido en una de las figuras más influyentes en el mundo de las carreras de autos de stock y de tierra. Con más de 50 años, Wallace continúa inspirando a una nueva generación de corredores, no solo con sus habilidades, sino también con su capacidad para superar desafíos.
«No estoy llorando,» dijo Wallace con su característico humor. «Te estoy diciendo por qué trabajo en mis cosas yo mismo. Y ahora, de repente, ven que lo he ganado.»
El Camino por Delante
La historia de Kenny Wallace es una de resiliencia y redención, demostrando que el amor por las carreras trasciende la fama y la animosidad. A medida que continúa compitiendo y mentorando a la próxima ola de talento, Wallace está consolidando su legado—no solo como un gran piloto, sino como una figura relatable e inspiradora en el mundo de las carreras.
Desde las alturas de la fama de NASCAR hasta las bajas del rechazo local y de vuelta a ser celebrado, el viaje de Wallace es un recordatorio del núcleo emocional y crudo del deporte. Y mientras se prepara para más vueltas en la tierra, una cosa es clara: Kenny Wallace ha completado verdaderamente su círculo, y está disfrutando cada momento de ello.