En una entrevista contundente con L’Equipe, el CEO de Renault, Luca de Meo, defendió la drástica decisión de que Alpine compita en Fórmula 1 a partir de 2026 con un motor proporcionado por otro fabricante—lo más probable es que Mercedes. Este cambio marca el fin de una era, ya que Renault ha suministrado motores durante casi medio siglo, impulsando a equipos legendarios como Williams, Benetton, su propia escudería y Red Bull a 12 Campeonatos de Constructores.
La decisión, que sorprendió a muchos, está motivada financieramente. De Meo reveló que Renault ha estado quemando entre 200 y 250 millones de euros anuales en su instalación de Viry-Châtillon cerca de París para producir motores, mientras que comprar unidades de potencia de otro fabricante costaría menos de 20 millones de dólares—un contraste marcado.
El ejecutivo italiano también señaló una gran desventaja logística: las instalaciones de motores y chasis de Renault están ubicadas en diferentes países, con el equipo de chasis basado en Enstone, Inglaterra. “En Enstone, son muy independientes, acostumbrados a trabajar bajo diferentes colores. Debería haber regroupado todo, pero habría sido en Inglaterra. Difícil, ¿no?” comentó De Meo, enfatizando los desafíos de unificar operaciones a través de fronteras.
Abordando la especulación sobre una posible venta del equipo Alpine, De Meo refutó las afirmaciones de que el exjefe del equipo Renault, Flavio Briatore, había sido encargado de preparar el equipo para una venta. “Leí que se le había encomendado empaquetar el proyecto para eventualmente vender el equipo. Es completamente falso,” afirmó De Meo. A pesar del interés de financistas y personas adineradas ansiosas por entrar en la F1 antes de los costos desorbitados posteriores a 2026, De Meo insistió en que no está interesado. “No voy a vender; no soy estúpido. Estar en la F1 es esencial para la marca Alpine. Estamos en un club cerrado. Aporta credibilidad para la marca entre los aficionados a las carreras. No necesitamos el dinero.”
De Meo enfatizó que la mayoría de los aficionados se centran en el rendimiento del equipo y los pilotos en lugar de en el proveedor de motores. Señaló a McLaren, los líderes del campeonato que están prosperando con un motor Mercedes, como prueba de que un equipo puede ser exitoso y comercialmente atractivo sin su propia unidad de potencia.
Alpine, a pesar de contar con inversores como la estrella de Hollywood Ryan Reynolds y los íconos de la NFL Patrick Mahomes y Travis Kelce, ha luchado por visibilidad, languideciendo en noveno lugar de diez equipos y sin lograr tracción en marketing. “Dos años más así y el proyecto se habría desinflado por completo,” advirtió De Meo. El CEO expresó confianza en el nuevo director del equipo, Oliver Oakes, a quien calificó como un “gran futuro” que podría ayudar a revitalizar la suerte del equipo en apuros.
El cambio a la potencia de Mercedes es una apuesta, pero para De Meo, es una necesaria para mantener a Alpine competitivo, sostenible y relevante en el mundo de alto riesgo de la Fórmula 1.