En una respuesta contundente a los detractores, Lewis Hamilton demostró su destreza en las carreras con un triunfo decisivo en el Sprint de Shanghái durante el Gran Premio de China. Este éxito llegó después de que enfrentara críticas por su difícil cambio a Ferrari, un aspecto que Hamilton abordó de manera vehemente después de la carrera.
El fenómeno británico de las carreras dominó el Sprint del sábado, comenzando y terminando en la posición de pole, dejando a su rival más cercano, Oscar Piastri, a casi siete segundos de distancia. Esta actuación contundente siguió a un debut en Ferrari bastante decepcionante en el Gran Premio de Australia, empapado por la lluvia, donde Hamilton logró asegurar solo un punto. Sin embargo, se recuperó con estilo, logró la pole el viernes y siguió con una impresionante victoria el sábado.
La resistencia de Hamilton fue puesta a prueba en la primera mitad del Sprint por un implacable Max Verstappen. Sin embargo, las ejemplares habilidades de gestión de neumáticos de Hamilton salieron a relucir mientras maniobraba para superar al holandés en la segunda mitad de la carrera. Después de que Piastri despojara a Verstappen de la segunda posición, Hamilton amplió su ventaja, poniendo una decisiva brecha de cuatro segundos entre él y el piloto de McLaren en las vueltas finales.
Tras el Sprint del GP de China, Hamilton dio una entrevista sincera a Jacques Villeneuve, el campeón del mundo de 1997. El piloto británico, conocido por sus expresiones articuladas, lanzó una crítica a sus detractores, quienes, según él, ‘hablan’ sin comprender la magnitud del desafío que implica cambiar de equipo. Unirse a un nuevo equipo implica aclimatación, entender dinámicas y establecer una comunicación efectiva, explicó Hamilton. Criticó a los detractores por su falta de comprensión, atribuyéndolo a la falta de experiencia o simple desconocimiento.
Hamilton continuó expresando su nueva comodidad con el vehículo Ferrari, un marcado contraste con su carrera debut en Melbourne donde confesó sentirse incómodo. Elogió a los ingenieros y mecánicos del equipo por su excelente trabajo en la puesta a punto del coche, lo cual sintió que era evidente desde la primera vuelta. También reconoció los desafíos de manejar los nuevos neumáticos, pero añadió que era una lucha común para todos los pilotos.
A pesar de ser oficialmente un ganador de carreras de Ferrari ahora, Hamilton abogó por la calma. Mientras el rugido de los aficionados chinos resonaba, Hamilton enfatizó la importancia de mantenerse enfocado y no dejarse llevar. Comparó la temporada de carreras con un maratón y no con un sprint, instando al equipo y a los aficionados a tener paciencia.
En conclusión, la actuación triunfante de Hamilton en el Gran Premio de China no solo solidifica su posición como un piloto de primer nivel, sino que también sirve como una respuesta adecuada a sus críticos. Su paso a Ferrari puede haber estado lleno de desafíos, pero como demuestra su victoria en Shanghái, Hamilton es más que capaz de superarlos. Como él dijo, «Roma no se construyó en un día», y parece que Hamilton está en esto a largo plazo.