Para entender el estado del arte de los coches de carretera de Ferrari, hay que mirar hacia atrás a la revolucionaria F430. Conocida como el último Ferrari de motor central con transmisión manual, la F430 también marcó el cambio de Ferrari hacia la integración electrónica y mecánica, convirtiéndose en el banco de pruebas definitivo para los modelos de vanguardia de hoy. Este coche introdujo el primer diferencial trasero electrónico de Ferrari, que permitió a los conductores alternar entre modos de rendimiento con el interruptor “Manettino” en el volante, transformando la respuesta del motor, la rigidez de los amortiguadores e incluso la configuración del acelerador bajo demanda.
Desde entonces, Ferrari ha evolucionado esta tecnología en un arsenal de controles dinámicos. El 599 GTB siguió con amortiguadores magnetoreológicos de reacción rápida; el 458 Speciale introdujo el Control de Ángulo de Deslizamiento Lateral (SSC), calculando el guiñada en tiempo real para controlar la potencia; y el 488 GTB y el 812 Superfast añadieron un manejo aún más fino y rápido con amortiguadores adaptativos y dirección en las ruedas traseras.
Esta tecnología alcanza nuevas alturas en dos modelos recientes: el híbrido SF90 Stradale y el primer modelo de cuatro puertas de Ferrari, el Purosangue. Con 986 caballos de fuerza y motores eléctricos duales que alimentan las ruedas delanteras, el vectorizado de par ultra-rápido del SF90 le permite prácticamente deslizarse a través de las curvas. Durante mi prueba de manejo, los ingenieros de Ferrari me animaron a tirar la técnica de conducción tradicional por la ventana: pisa el acelerador a fondo y deja que el coche se encargue de la tracción y la velocidad.
Mientras tanto, los amortiguadores Multimatic True Active Spool Valve del Purosangue le permiten deslizarse a través de las curvas con una estabilidad rara para un SUV. Alimentados por motores de 48 voltios, estos amortiguadores crean una conducción tan controlada que Ferrari desechó las barras estabilizadoras tradicionales, creando un SUV con una ventaja de rendimiento que se siente a años luz del resto.
Presentamos el F80, la última obra maestra de Ferrari. Con la maniobrabilidad ajustada con precisión de un coche de Fórmula 1, el F80 combina motores eléctricos frontales, aerodinámica activa y un innovador V6 con turbocompresores eléctricos dobles. Estos turbos eliminan el retraso, reciclan energía de vuelta a la batería y ajustan los niveles de potencia en cada marcha, ofreciendo una sensación de aspiración natural con la emoción de los turbocompresores dobles. El viaje de décadas de Ferrari desde el F430 hasta el F80 muestra la búsqueda obsesiva de la marca por el control. Si piensas que suena alucinante, tienes razón.
Desde el diferencial trasero electrónico del F430 hasta el coche de carretera con mayor carga aerodinámica de hoy, Ferrari ha llevado la innovación automotriz a nuevas alturas, creando una línea de supercoches que son nada menos que sinfonías de conducción. Esta es la visión de Ferrari para el futuro: control total, potencia y equilibrio a cualquier velocidad.