El reciente espectáculo de carreras en Las Vegas subrayó la resiliencia y el talento de dos pilotos de NASCAR, Ryan Preece y Josh Berry, quienes ambos surgieron de la adversidad para triunfar. Preece, anteriormente de Stewart-Haas Racing (SHR), y Berry, ahora con Wood Brothers Racing, han enfrentado tiempos desafiantes para emerger como vencedores.
Stewart-Haas Racing fue una vez una potencia en el paisaje de NASCAR, con coches ganadores de campeonatos y pilotos celebrados. Sus momentos culminantes incluyeron el título de Tony Stewart en 2011 y el triunfo de Kevin Harvick en 2014. Sin embargo, la estrella del equipo comenzó a desvanecerse en los últimos años, culminando en el anuncio repentino en 2024 de que SHR cesaría sus operaciones en NASCAR. Esto dejó a sus pilotos, incluido Ryan Preece, en una carrera propia: asegurar su futuro.
A pesar de haber soportado una dura temporada 2024 con SHR, con más DNFs (4) que finales en el top-5 (1), Preece ha demostrado su temple como uno de los competidores más resilientes de NASCAR. Esto se demostró durante el Pennzoil 400 en Las Vegas, donde cambió su suerte para terminar en 3er lugar. Este fue su mejor resultado en la temporada 2025 y su mejor carrera en la Copa.
Preece atribuyó su éxito a un reinicio clave al final de la Etapa 2, donde logró avanzar del 20º al 11º lugar. Este punto de inflexión lo preparó para un fuerte final, a pesar de los desafíos anteriores. Continuó expresando su gratitud por la excelente ejecución y estrategia de su equipo.
Después de la salida de SHR de NASCAR, el futuro de Preece parecía incierto hasta que RFK Racing le extendió una rama de olivo. Le ofrecieron un asiento a tiempo completo en el Ford Mustang Dark Horse No. 60, un movimiento que ahora ha demostrado ser afortunado.
La historia de éxito de Preece fue reflejada por su compañero piloto Josh Berry, quien logró su victoria decisiva en la carrera de Las Vegas. Berry, quien había pasado años compitiendo en modelos tardíos antes de obtener una oportunidad con JR Motorsports en la serie Xfinity, mostró su talento al resistir a fuertes competidores. Su victoria fue un hito significativo para su equipo, Wood Brothers Racing, marcando su 101ª victoria en la serie Cup y su 2ª victoria desde el triunfo de Ryan Blaney en 2017 en Pocono.
El viaje poco convencional de Berry hacia el éxito y la tenacidad de Preece destacan el espíritu inquebrantable de la comunidad de pilotos de NASCAR. A pesar de la feroz competencia, hay un profundo sentido de camaradería y celebración colectiva de los triunfos. Berry y Preece incluso habían hecho un pacto jovial antes de que comenzara la temporada, prometiendo celebrar con cervezas si alguno de ellos ganaba una carrera.
A pesar de los desafíos y contratiempos, tanto Preece como Berry han demostrado que la adversidad puede ser un trampolín hacia un mayor éxito. Sus historias sirven como un recordatorio de que en NASCAR, las fortunas pueden cambiar tan rápido como los carriles en la pista de carreras.