El paisaje de NASCAR fue sacudido el fin de semana pasado cuando el Circuito de las Américas fue testigo de un incidente controvertido que desde entonces ha enviado ondas de choque a través de la comunidad de carreras. Los protagonistas principales de este drama fueron Ty Dillon de Kaulig Racing y el protegido de Roger Penske, Austin Cindric.
En medio de una intensa lucha por la posición, la agresión no mencionada de Cindric hizo que el auto de Dillon chocara contra la pared, un movimiento que estaba lejos de ser accidental. Mientras Kyle Busch y Christopher Bell estaban atrapados en un concurso limpio por la bandera a cuadros, este incidente particular robó el protagonismo y se convirtió en el tema de conversación.
Se esperaba una penalización para Cindric dada la historia de NASCAR de penalizar tales maniobras intencionales. Notablemente, Bubba Wallace y Chase Elliott enfrentaron suspensiones por sus respectivos movimientos sobre Kyle Larson y Denny Hamlin en 2022 y 2023, respectivamente. Sin embargo, el castigo de Cindric fue sorprendentemente indulgente, una mera deducción de 50 puntos y una multa de $50,000. Esto lo hizo caer de un empate por el 10º lugar a un bajo 35º.
La especulación era abundante de que la indulgencia mostrada por NASCAR se debía al hecho de que Dillon pudo continuar la carrera ya que el daño a su auto no era severo. Sin embargo, el presidente de Kaulig Racing, Chris Rice, desmintió esta teoría durante una entrevista con SiriusXM NASCAR Radio. Expresó su frustración por las costosas reparaciones causadas por el movimiento imprudente de Cindric.
Rice reveló que el incidente incurrió en costos significativos y afectó su posición en la carrera. «Tomó dos etapas enteras recuperar esa vuelta y volver a pasar por el campo. Seguramente serán seis cifras para cuando lo arreglemos,» declaró. En comparación, la multa que recibió Cindric parecía una gota en el océano.
A pesar de la carga financiera, Rice reconoció la decisión de NASCAR, comparándola con la penalización impuesta al novato Carson Hocevar en 2024 por causar un giro mientras el campo estaba bajo precaución. Sin embargo, argumentó que el juicio de NASCAR no debería basarse únicamente en la extensión del daño.
Rice también advirtió que tal comportamiento no sería tolerado por sus conductores, enfatizando la necesidad de mantener el profesionalismo en el deporte. No estaba solo en expresar su desaprobación por las acciones de Cindric. Otras entidades de NASCAR también compartieron sus pensamientos.
Kyle Busch, quien conduce para Richard Childress Racing, expresó su desacuerdo con la penalización. Señaló que había sido castigado más severamente por incidentes similares en el pasado y sugirió favoritismo debido a los lazos familiares de Cindric dentro del deporte.
Por el contrario, Dale Jr. apoyó la penalización, argumentando que era lo suficientemente severa. Sentía que la caída de Cindric en la clasificación haría que cada carrera subsiguiente fuera más dura para él. Aun así, Denny Hamlin, una víctima de un incidente similar, no estuvo de acuerdo, señalando el peligro de tales movimientos imprudentes.
A pesar del debate en curso, NASCAR parece firme en su decisión. Todos los ojos estarán ahora en la próxima carrera de Phoenix este fin de semana, donde se observará de cerca la respuesta de Ty Dillon al incidente. ¿Se vengará de Cindric? Solo el tiempo lo dirá.