Ante la disminución de los ingresos fiscales derivados de los impuestos pagados por los coches de gasolina y diésel, el gobierno británico está buscando alternativas para recuperarse de esta pérdida, lo que podría penalizar directamente el uso de vehículos eléctricos. Según la BBC, citando fuentes estatales, ha habido discusiones sobre la implementación de una tasa variable basada en el número total de millas recorridas anualmente (llamada “pago por milla”), con el periódico británico The Telegraph anticipando tarifas alrededor de 3 peniques por milla (aproximadamente €0.034)/milla (1.6 km).
Si la medida avanza (después de un proceso de consulta), un conductor que recorra 7,500 millas (alrededor de 12,000 km anualmente) pagaría, en ese año, £225, que son aproximadamente €255. Para la BBC, un portavoz del gobierno indicó que los coches eléctricos no pagan los impuestos asociados con los combustibles fósiles, a diferencia de sus contrapartes de gasolina y diésel, lo que hace necesaria la introducción de «un sistema fiscal más justo para todos los conductores». Los híbridos no están exentos del nuevo impuesto, según la propuesta a la que tuvo acceso “The Telegraph”, pero pagan tarifas más bajas.
Según el mismo periódico, la idea es proponer que los conductores estimen las millas que conducirán en el año siguiente, pagando esa cantidad. Si conducen menos, recibirían “créditos”. De lo contrario, tendrían que pagar el monto pendiente.
Como la medida busca recuperar los ingresos fiscales perdidos, el gobierno británico rechaza la idea de que está castigando a los usuarios de vehículos eléctricos, argumentando en contra con los incentivos y beneficios fiscales que han disfrutado en los últimos años. Sin embargo, es innegable que hay cada vez más vehículos de este tipo en las carreteras, y los impuestos relacionados con el consumo de combustible están mostrando una tendencia a la baja.
En respuesta a la hipótesis, la Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Automóviles (SMMT) declaró, a través de un comunicado, que la propuesta representa “una medida equivocada en el momento equivocado. Reconocemos la necesidad de un nuevo enfoque hacia los impuestos, pero en una etapa tan crucial de la transición energética en el Reino Unido, no podemos estar de acuerdo con esta posibilidad. Introducir un régimen tan complejo y costoso, que apunta precisamente a los modelos que los fabricantes están luchando por vender, sería un error estratégico: disuadiría a los consumidores y comprometería aún más la capacidad de la industria para cumplir con los objetivos obligatorios de emisiones cero”.








