Después de que la Unión Europea impusiera aranceles punitivos, que pueden alcanzar hasta el 45%, sobre los coches eléctricos fabricados en China, y de que EE. UU. anunciara nuevos aranceles sobre la importación de productos chinos, que para los vehículos eléctricos pueden llegar hasta el 100%, ahora es el turno de Pekín de anunciar que está considerando aumentar los derechos de aduana sobre los vehículos con motores grandes.
En un comunicado, la Cámara de Comercio de China en la Unión Europea (UE) dijo que había sido «informada por expertos de la industria» sobre el posible aumento de aranceles y mencionó las implicaciones que esto tendría para los fabricantes de automóviles europeos y norteamericanos.
La cámara de comercio citó una entrevista publicada por el periódico oficial chino «Global Times«, en la que Liu Bin, uno de los principales expertos influyentes en la formulación de políticas gubernamentales para el sector automotriz, mencionó que Pekín está considerando aumentar los aranceles sobre los coches importados de gran cilindrada al 25%.
Liu señaló que los sedanes y SUV con motores de más de 2.5 litros son el objetivo de la medida, que «estaría de acuerdo con las regulaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y ayudaría a China a promover la transición hacia prácticas más ‘verdes’ en el sector automotriz y avanzar hacia los objetivos de reducción de emisiones de carbono».