En una carrera llena de drama e incidentes caóticos, Chase Elliott emergió del caos para asegurar un sólido P8 en Atlanta el domingo, a pesar de estar involucrado en una serie de situaciones peligrosas en la carretera de pits y en la pista.
El evento de la NASCAR Cup Series vio momentos salvajes tanto dentro como fuera de la pista, culminando en un choque en la última curva antes de que el eventual ganador de la carrera cruzara la línea. Pero el mayor desafío de Elliott llegó en la carretera de pits cuando una colisión con Austin Cindric de Team Penske casi descarrila su carrera. Cuando el Chevy No. 9 de Elliott salió de los pits, colisionó con el coche de Cindric, que estaba entrando a la calle de pits, lo que le costó a ambos pilotos tiempo valioso.
El caos no terminó ahí. Poco después, Corey LaJoie apretó a Elliott en una peligrosa situación de tres coches en ancho con Ricky Stenhouse Jr., resultando en contacto entre los tres coches. Sin embargo, Elliott logró escapar sin daños significativos, un golpe de suerte que le ayudó a mantenerse en la contienda.
Hablando con los medios después de la carrera, Elliott reflexionó sobre el incidente, diciendo: «No perdí tiempo significativo ni sufrí daños, así que soy afortunado por eso. Podría haber sido peor, especialmente con el coche No. 7 haciéndolo tres en ancho.»
El octavo lugar de Elliott en Atlanta fue un impulso muy necesario después de una actuación decepcionante en Darlington la semana pasada. El resultado le da una perspectiva positiva de cara a la carrera del próximo fin de semana en Watkins Glen, donde espera aprovechar el impulso.
Con la sólida actuación, Elliott ahora tiene un colchón de 24 puntos por encima de la línea de corte de los playoffs de la Ronda de 16. Una victoria en las próximas rondas podría solidificar su posición en la lucha por el campeonato y dar al equipo No. 9 un impulso aún mayor en su empuje por los playoffs.