Durante años, Casey Mears, el veterano piloto de NASCAR, ha estado causando sensación en el mundo de las carreras, y ahora, se está preparando para regresar al nivel más alto del deporte. Conocido por su victoria en el Coca Cola 600 de 2007 y su emocionante incursión en las carreras de desierto en 2019, este hijo de California está listo para encender el asfalto una vez más en el Cook Out 400 en Martinsville Speedway. La comunidad de carreras espera con gran expectativa, ya que el regreso de Mears promete ser nada menos que electrizante.
Mears es originario de Bakersfield, California, un lugar donde la velocidad no es solo un pasatiempo, sino un estilo de vida. Nacido de Roger Mears, un estimado veterano de off-road e IndyCar, y sobrino de Rick Mears, el renombrado ganador de cuatro veces de las 500 Millas de Indianápolis, Casey Mears estaba destinado a la vía rápida. Su ilustre carrera en NASCAR incluye etapas con titanes de la industria como Hendrick Motorsports, Richard Childress Racing y Chip Ganassi Racing. Actualmente, está prestando su experiencia como analista para Fox Sports 1.
El camino de Mears hacia NASCAR no fue convencional. Proveniente de un fondo de carreras de monoplazas, tuvo que labrarse su propio camino hacia la altamente competitiva arena de NASCAR. Su carrera despegó después de ganar valiosa experiencia en las series Indy Lights y CART. Su momento decisivo llegó en 2002 cuando aseguró un asiento a tiempo completo con Team Jesel en la serie Xfinity. El desempeño encomiable de Mears, incluyendo un top-five y un top-ten, llevó a su transición a la NASCAR Cup Series con Chip Ganassi Racing.
Su mandato de cinco años con Ganassi Racing, conduciendo el Dodge No. 41 y No. 42, culminó en un cambio a Hendrick Motorsports. Fue aquí donde Mears logró su única victoria en la Cup Series en el codiciado Coca-Cola 600. Sin embargo, un cambio a Richard Childress Racing y posteriores malas actuaciones llevaron a que perdiera su asiento, forzándolo a una carrera a tiempo parcial con cuatro equipos diferentes.
La versatilidad de Mears no se limita a NASCAR. Después de retirarse de las carreras de autos de stock a tiempo completo, se hizo un nombre en las carreras de desierto, siguiendo el legado de su familia. Su debut en la Baja 1000 de SCORE International en 2019, conduciendo el camión trofeo Ford Raptor No. 42, fue un testimonio de su adaptabilidad. A pesar de los problemas con el motor, Mears y su compañero Doug Fortin lograron un respetable 28º lugar.
Sus hazañas en las carreras también incluyen una victoria récord en las 24 Horas de Daytona en 2006 junto a Scott Dixon y Dan Wheldon, y un exitoso debut en la serie Stadium Super Truck en 2017, propiedad del ex piloto de NASCAR Robby Gordon.
A medida que Mears se prepara para regresar a Martinsville, la comunidad de NASCAR está llena de anticipación. Conocido por su carrera de alto contacto, el Martinsville Speedway no es una hazaña fácil, y la decisión de Mears de regresar a esta pista ha despertado intriga. Será una prueba de su destreza en el auto Next-Gen contra competidores experimentados, especialmente dado su ausencia en la Copa desde 2019.
Sin embargo, con su amplia experiencia y profundo conocimiento del Martinsville Speedway, Mears podría tener la ventaja. ¿Logrará retroceder en el tiempo y recuperar su lugar en la cima? ¿Sorprenderá el desvalido al mundo de las carreras en el Cook Out 400 de 2025? Como dice el refrán, solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura; Casey Mears no es de los que se rinden ante un desafío. Su regreso a NASCAR promete ser un espectáculo cautivador para los aficionados y críticos por igual.