Carlos Sainz logró su segunda victoria en siete meses en un emocionante Gran Premio de México, donde Ferrari capitalizó la carrera llena de penalizaciones de Max Verstappen. La carrera de Sainz transcurrió sin problemas desde la pole hasta la meta, mientras que las agresivas batallas de Verstappen con Lando Norris le costaron dos penalizaciones de 10 segundos, sacándolo de la contienda.
Verstappen comenzó fuerte, liderando en la Curva 1, pero después de que un coche de seguridad fuera desplegado por el accidente de Yuki Tsunoda, se encontró vulnerable ante Sainz, quien rápidamente recuperó el liderato. La carrera de Verstappen se volvió caótica cuando chocó dos veces con Norris, recordando su tensa batalla en el GP de Estados Unidos. La maniobra de dive-bomb de Verstappen en la Curva 6 obligó a ambos coches a salir de la pista, resultando en dos penalizaciones de 10 segundos que destruyeron sus esperanzas de podio.
Sainz se despejó, controlando el ritmo mientras su compañero Charles Leclerc aseguraba inicialmente el P2, preparando a Ferrari para una rara llegada uno-dos. Sin embargo, el agarre de Leclerc falló en la vuelta 63, permitiendo a Norris avanzar al segundo lugar, preparando una caza tardía pero finalmente fallida de Sainz. El adelantamiento de Norris marcó la oportunidad perdida de Ferrari para lograr dos uno-dos consecutivos, algo que no han conseguido desde 2008.
En otro lugar, el favorito local Sergio Pérez sufrió una penalización de cinco segundos por una salida falsa, y luego colisionó con Liam Lawson, el piloto que se rumorea que lo reemplazará en Red Bull. Los daños del choque dejaron a Pérez luchando en la parte trasera, con sus esperanzas en su carrera local destrozadas.
La carga de Oscar Piastri desde una mala clasificación también se desvaneció, ya que una larga etapa con neumáticos medios no dio resultado, dejándolo incapaz de alcanzar las posiciones de cabeza. Mientras tanto, George Russell de Mercedes soportó un alerón delantero dañado y luchó con problemas de equilibrio, terminando detrás de los líderes.
La magistral conducción de Sainz y los contratiempos de Verstappen reconfiguraron el podio, demostrando que en la Fórmula 1, cualquier cosa puede suceder cuando las apuestas son altas.