Carlos Sainz de Ferrari ha provocado un nuevo debate en el paddock de Fórmula 1 al afirmar audazmente que la dominancia de Max Verstappen no es insuperable cuando los coches están en igualdad de condiciones. Reflexionando sobre la segunda mitad de la temporada 2024, Sainz insiste en que la superioridad de Verstappen disminuye bajo una competencia equitativa, con múltiples pilotos capaces de vencer al campeón de cuatro títulos “semana tras semana”.
El Campeonato de Verstappen: Una Historia de Dos Mitades
Max Verstappen logró su cuarto Campeonato de Pilotos consecutivo en el Gran Premio de Las Vegas, asegurando el título con dos carreras de anticipación. La temporada comenzó de manera familiar para el holandés, con siete victorias en las primeras 10 carreras que le otorgaron una ventaja contundente. Sin embargo, la dominancia de Red Bull flaqueó en la segunda mitad de la temporada, dando paso a una parrilla más competitiva donde Ferrari, McLaren y Mercedes lograron victorias.
A pesar de una racha de 10 carreras sin ganar, Verstappen logró extraer el máximo de su RB20, incluyendo una victoria magistral desde el 17º lugar en la parrilla en Brasil que casi selló su título. La estrella de Red Bull sostiene que no tuvo el mejor coche durante “el 75% de la temporada” y argumentó que podría haber ganado el campeonato incluso antes con la maquinaria de Ferrari o McLaren.
Sainz: La Igualdad de Condiciones Importa
Sainz, sin embargo, ve una imagen diferente. Mientras elogia la excepcional consistencia de Verstappen y su actuación sin errores, el piloto de Ferrari destacó que la competencia más ajustada en la segunda mitad de la temporada reveló un lado más vulnerable del campeón reinante.
“Max ha hecho un trabajo increíble este año, no hay duda,” reconoció Sainz. “Pero la segunda mitad de la temporada, con ocho pilotos dentro de una décima entre sí, muestra que todos podríamos vencerlo semana tras semana en maquinaria igual.”
Sainz cree que la capacidad de Verstappen para dominar con un coche superior al principio de la temporada era indiscutible. Sin embargo, los márgenes más ajustados y la mayor competencia después del parón veraniego expusieron cómo pilotos como él, Lando Norris, Lewis Hamilton y otros podían desafiar a Verstappen cuando las diferencias de maquinaria se redujeron.
La Presión de la Paridad
Las luchas de Red Bull alcanzaron su punto más bajo en el Gran Premio de Italia, lo que llevó a Verstappen a llamar al RB20 un “monstruo” y expresar frustración por su imprevisibilidad. Sainz señaló que esta presión añadida era evidente en el comportamiento y rendimiento de Verstappen.
“Cuando no tienes ese margen de dos o tres décimas sobre tus rivales o incluso sobre tu compañero de equipo, la presión aumenta,” explicó Sainz. “Todos comienzan a cometer errores, a quejarse de su coche y a sentir la presión. Es la naturaleza humana.”
El español argumentó que la frustración de Verstappen era producto de competir en condiciones más ajustadas, donde cada pequeño error se magnifica.
Mirando hacia adelante: ¿Un campo de juego nivelado?
A medida que la temporada 2024 llega a su fin, Ferrari, McLaren y Mercedes están todos mirando hacia un mayor progreso para cerrar la brecha con Red Bull en 2025. El resurgimiento de la competencia ha reavivado la posibilidad de destronar a Verstappen, particularmente si las diferencias de rendimiento continúan disminuyendo.
Sainz, animado por las ganancias de Ferrari en la segunda mitad de la temporada, cree que la lucha está lejos de haber terminado.
“No se trata de quitarle nada a Max—él es el piloto del año para mí. Pero cuando el grupo se estrecha, está claro que podemos enfrentarnos a él y hacerle la vida difícil. Eso es lo que hace que este deporte sea tan emocionante.”
Con dos carreras restantes y una parrilla competitiva ansiosa por llevar su impulso hacia 2025, la batalla por la supremacía en la Fórmula 1 está lista para intensificarse. Si Verstappen puede mantener su control sobre el campeonato en medio de la creciente presión sigue siendo una incógnita, pero los comentarios de Sainz indican una creciente creencia de que el holandés, que antes era invencible, puede no ser intocable después de todo.