El presidente de Toyota, Akio Toyoda, hizo un emocionante regreso a la carrera de las 24 Horas de Nürburgring, rindiendo homenaje al legado del fallecido Maestro Conductor Hiromu Naruse. Toyoda, figura influyente en la industria automotriz y nieto del fundador de Toyota, Kiichiro Toyoda, mostró su pasión por fabricar vehículos de alta calidad al competir en la dura carrera.
Detrás del volante del Toyota Gazoo Rookie Racing GR Yaris, Toyoda navegó por el desafiante circuito de 12.9 millas con 73 curvas, un trazado que ha sido fundamental en la evolución de los vehículos de Toyota durante más de cinco décadas. Su determinación y empuje lo llevaron a una respetable 52ª posición de 88 coches, demostrando su compromiso con la búsqueda de la excelencia en la fabricación de automóviles.
La carrera no solo simbolizó la dedicación personal de Toyoda, sino que también rindió homenaje al notable recorrido de Hiromu Naruse, una figura clave en la historia del automovilismo de Toyota. La pasión de Naruse por la conducción y su incansable búsqueda de la perfección dejaron un impacto duradero en Toyoda, quien reconoció las lecciones invaluables aprendidas bajo la mentoría de Naruse.
A pesar de la resistencia inicial de la jerarquía de Toyota hacia los ejecutivos que participaban en carreras, la determinación de Toyoda de seguir sus sueños de piloto prevaleció. Adoptando el nombre de carrera ‘Morizo’ y liderando Gazoo.com, una plataforma para transformar coches estándar en máquinas de carreras, Toyoda inició su carrera en el Nürburgring en 2007, sentando las bases de su amor duradero por la competencia.
El significado emocional del Nürburgring para Toyoda se intensificó por la memoria de Naruse, quien trágicamente perdió la vida en un accidente de tráfico en Nürburg hace 14 años. La peregrinación de Toyoda al circuito está marcada por un solemne tributo a Naruse, un amigo y mentor que desempeñó un papel fundamental en su formación como piloto de carreras hábil.
Reflexionando sobre su reciente experiencia en la carrera, Toyoda expresó gratitud por alcanzar su objetivo en medio de condiciones desafiantes, enfatizando el papel crucial de seguir la guía de Naruse en la pista. La exitosa finalización de la carrera en el GR Yaris subrayó la perseverancia de Toyoda y el esfuerzo colaborativo del equipo de Toyota en superar límites para crear vehículos excepcionales.
A medida que Toyoda mira hacia el futuro con optimismo y un sentido de logro, su viaje en el Nürburgring sirve como un testimonio del espíritu perdurable de innovación y excelencia que impulsa la búsqueda de la perfección automotriz de Toyota.