En un movimiento que envió ondas de choque a través del mundo de la Fórmula 1, el legendario aerodinamicista Adrian Newey ha decidido dejar Red Bull para unirse a Aston Martin, despreciando a Ferrari debido a la falta de confianza en el constructor italiano. Newey, ampliamente considerado como una de las mentes técnicas más grandes en el deporte, estaba supuestamente cerca de firmar un lucrativo contrato de $105 millones con Ferrari, pero finalmente optó por Aston Martin.
El cambio ha dejado a muchos especulando sobre las razones detrás de su decisión. El exingeniero de Ferrari Leo Turrini ha revelado que la hesitación de Newey se basaba en la desconfianza—no hacia el presidente de Ferrari, John Elkann, sino hacia la gestión y la atmósfera general del equipo. A pesar de la histórica trayectoria y el atractivo de Ferrari, Newey no vio un entorno propicio en Maranello que le permitiera operar en su mejor nivel.
«Adrian no vino a Maranello porque no confiaba en el histórico equipo italiano,» dijo Turrini. «Esto no es una desconfianza hacia el presidente John Elkann; simplemente no vio ese escenario adecuado para trabajar en su mejor nivel.»
Las inconsistencias en el liderazgo de Ferrari han sido un problema recurrente durante los últimos 16 años. Los frecuentes cambios de gestión del equipo han sofocado sus posibilidades de éxito en el campeonato, sin títulos desde el triunfo de Kimi Räikkönen en 2007. Turrini enfatizó que el estilo de liderazgo errático de Ferrari contrasta marcadamente con la estabilidad de Red Bull, donde Christian Horner y Newey han permanecido como pilares de consistencia, incluso durante años menos exitosos.
«Incluso Red Bull vivió siete Campeonatos Mundiales donde no ganaron nada. Pero no cambiaron ni una coma. Horner siempre ha permanecido en su lugar, lo mismo Newey. Solo así se puede abordar el logro del objetivo establecido por el equipo de carreras,» explicó Turrini.
La decisión de Newey de unirse a Aston Martin, en lugar de Ferrari, subraya la importancia de un entorno estable y de apoyo para el éxito. Ferrari, mientras tanto, continúa lidiando con problemas internos que han obstaculizado su capacidad para competir consistentemente por títulos. A pesar de los esfuerzos ambiciosos en 2024, la incapacidad de Ferrari para proporcionar las condiciones de trabajo adecuadas para talentos de alto nivel como Newey plantea serias preocupaciones sobre su futuro.
El equipo necesitará mejorar significativamente su dinámica interna si espera poner fin a su sequía de títulos de 16 años y evitar perder terreno frente a rivales como McLaren, Red Bull y Aston Martin. A medida que avanza la temporada 2024, Ferrari enfrenta una batalla cuesta arriba no solo contra competidores, sino también contra sus propias fallas organizativas, que lo han dejado en desventaja en los últimos años.
Sin cambios sustanciales, Ferrari corre el riesgo de continuar su deslizamiento silencioso fuera de la contienda por el campeonato, un escenario que incluso una figura tan influyente como Adrian Newey no estaba dispuesto a arriesgar.