La inversión en este proyecto ronda los €17 millones desde 2019 hasta este año, y la versión de carretera contará con una producción limitada de 60 unidades, que serán producidas en Perafita (Matosinhos).
“El plan de negocios de la empresa prevé entregar ya en 2025 dos coches de carretera y otros dos en versión de competición, aunque la capacidad instalada prevista por Adamastor es de 25 automóviles/año, la cual estimamos implementar ya en 2026. Esto además del suministro de piezas de repuesto y sustitución”, subrayó Ricardo Quintas, fundador y CEO de Adamastor.
La versión de carretera del Furia se destaca por un chasis monocasco construido íntegramente en fibra de carbono. Todo el trabajo realizado a nivel de aerodinámica del superdeportivo se tradujo en resultados -en entorno de simulación- muy alentadores, con el supercoche de Adamastor imponiéndose, en términos de downforce, a los monoplazas de Fórmula 2 y Fórmula 3 de las temporadas de 2021, así como a modelos de las categorías GT3 y LMP2. Y esto sin recurrir al habitual alerón trasero de grandes dimensiones. En cuanto al coeficiente de arrastre, los resultados obtenidos fueron igualmente alentadores, siendo posible incluso superar el rendimiento de un monoplaza de Fórmula 1 de la temporada 2021.
Con un fondo esculpido con efecto Venturi, uno de los principales generadores de downforce, los ingenieros de Adamastor prescindieron de dotar al Furia de otros elementos aerodinámicos como alerones. Además, todas las superficies aerodinámicas están producidas en fibra de carbono.
De esta forma, la empresa revela que el superdeportivo portugués es capaz de generar 1000 kg de downforce a 250 km/h, mientras que la versión destinada a la pista alcanza los 1800 kg a la misma velocidad.
Para mover este Furia, Adamastor utilizó un motor V6 de 3,5 litros, de Ford Performance, capaz de producir más de 650 cv de potencia y más de 571 Nm de par máximo.
Estos números permiten una aceleración de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos y de 0 a 200 km/h en 10,2 segundos. La velocidad máxima es superior a 300 km/h en la versión de carretera.
Para potenciar este Furia del asfalto, los ingenieros de la marca portuguesa equiparon el modelo con discos de 378 mm con 6 pistones en la parte delantera, y de 356 mm con 4 pistones en el eje trasero.
Con 4,56 metros de longitud, una anchura de 2,21 m y una altura de 1,09 m, el Furia está equipado con una suspensión que presenta una geometría de triángulos dobles desacoplados y un esquema de resorte helicoidal sobre amortiguador, que permite una gran cantidad de ajustes, sacando el máximo provecho del superdeportivo, ya sea en carretera o en circuito.
De esta manera, Adamastor no tiene dudas de que el Furia proporciona una experiencia de propiedad y conducción absolutamente incomparables, mientras que, en un mercado en pleno crecimiento, también se posiciona como un superdeportivo coleccionable con un enorme potencial de revalorización.
Quizás por eso, Ricardo Quintas ve como principales competidores de su empresa marcas como, “Aston Martin y su Valkyrie, pero también marcas como Pagani, Koenigsegg, Rimac, sin olvidar otras como Mercedes-Benz, Audi, Porsche y Ferrari en la categoría de superdeportivos. Vamos a proponer algo, en términos de rendimiento, muy similar, pero con un enfoque «keep it simple», una propuesta verdaderamente competitiva”.
Por todo esto, el precio del Furia se sitúa en €1,6 millones más impuestos, por lo que para adquirir una de las 60 unidades tendrás que desembolsar cerca de €2 millones.
“Los automóviles de Adamastor se venderán exclusivamente en la fábrica, donde el cliente podrá configurar su superdeportivo a su gusto. Y, cuando sea necesario una intervención de mantenimiento o reparación, es Adamastor la que va al encuentro del cliente y no al revés, como es habitual”, concluyó Ricardo Quintas.