El Triunfo de la Langosta de Ryan Blaney: Un Sueño de 30 Años Realizado en el New Hampshire Motor Speedway
En una exhibición electrizante de habilidad y determinación, Ryan Blaney logró una victoria triunfante en el New Hampshire Motor Speedway, pero no fue solo la bandera a cuadros lo que le trajo alegría—esta vez, ¡fue una enorme langosta viva! Esta peculiar tradición de NASCAR ve al ganador de la carrera recibir un enorme crustáceo del restaurante local Makris, y para Blaney, este fue un momento que se gestó durante tres décadas.
El premio de la langosta data de 2008, cuando Kurt Busch se convirtió en el pionero de este premio único, donando su captura a un acuario local. Para Blaney, cuya historia en Loudon ha estado llena de desafíos, este trofeo poco convencional simboliza una dulce victoria y una que ha anhelado durante mucho tiempo. “He querido sostener esa langosta durante como 30 años,” exclamó Blaney, su entusiasmo era palpable. “Vi muchas carreras aquí mientras crecía, y la langosta es lo más genial en la zona de ganadores. Es algo con lo que he soñado desde que era niño.”
Su emoción era contagiosa, mientras describía el trofeo que lo cautivó de niño. “Es gracioso cómo ciertas pistas tienen trofeos que llaman tu atención de niño, y este es uno de ellos. Perdón por la grosería, pero la langosta es genial, hombre. Es tan genial.” La personalidad vibrante de Blaney brilló mientras expresaba su amor por el paisaje de Nueva Inglaterra, elogiando el impresionante paisaje y a los entusiastas aficionados. “Tuve suerte con el clima. No podría pedir un mejor fin de semana,” añadió, disfrutando del momento.
Cuando se le preguntó si siquiera le gustaba la langosta, la respuesta de Blaney fue una risa fuerte: “Me encanta la langosta. Fui parte de la cocción de langosta anoche que organizó Marcus. Me la comí toda.” Esto contrasta drásticamente con la notoria negativa de Denny Hamlin en 2017 a tocar su propia langosta, citando una fobia. “No puedo mirarla,” había dicho Hamlin, ilustrando lo personal que puede ser esta tradición culinaria.
La victoria de Blaney no fue una hazaña fácil: lideró 116 de las 301 vueltas, incluyendo un final emocionante donde rechazó un desafío implacable del piloto novato Josh Berry. A medida que la tensión aumentaba, Blaney demostró su destreza en las carreras, capturando no solo la victoria, sino también la codiciada langosta de 18 a 22 libras que había soñado con sostener en alto en el Victory Lane.
Esta victoria es más que un trofeo; es un testimonio de la determinación y coraje de Blaney en el despiadado mundo de NASCAR. Los aficionados y sus compañeros corredores recordarán este momento icónico, donde una simple langosta simboliza no solo una victoria, sino la realización de un sueño de toda la vida. Ryan Blaney ha grabado su nombre en los anales de la historia de NASCAR, y con esa langosta en mano, ¡ha hecho un gran impacto tanto dentro como fuera de la pista!