Ferrari ha lanzado el guante — y no sin controversia. En un movimiento que ha dividido el paddock y dejado a los rivales en plena agitación, el jefe de Scuderia, Frédéric Vasseur, ha reafirmado la nueva y radical suspensión trasera del equipo, presentada durante el fin de semana de Sprint en Spa.
La apuesta llega en un momento volátil. La campaña de Ferrari para 2025 ha estado plagada de inconsistencia, quedando detrás del imbatible gigante de McLaren. Desde las primeras rondas en Melbourne, el SF-25 ha tenido dificultades para dominar las alturas de conducción y la estabilidad, alimentando críticas de que Ferrari una vez más no estaba logrando evolucionar. Cuando la nueva suspensión salió a la pista en Bélgica, aficionados y expertos — incluido el siete veces campeón Lewis Hamilton — cuestionaron si esto era demasiado poco, demasiado tarde.
Sin embargo, Vasseur está jugando a largo plazo. “Todos estamos trabajando duro para entender qué podemos transferir a 2026”, le dijo a Auto Motor und Sport. “Entre estos elementos están las suspensiones y el sistema de frenos. Solo la aerodinámica no se trasladará.”
Es una admisión sincera: Ferrari no está simplemente parcheando agujeros; están construyendo el plano para la nueva era. Rivales como McLaren y Mercedes ya han apostado fuerte por la tecnología de suspensión, y Vasseur se niega a dejar que Maranello se quede atrás.
Pero el francés también reconoció los riesgos. “Para nosotros, es un paso adelante — desearía que lo hubiéramos hecho antes. Los cambios significativos a mitad de temporada nunca son tan efectivos como aquellos planificados desde el principio.” Sus palabras revelan el delicado equilibrio en el que Ferrari se encuentra: los compromisos de peso, las pérdidas aerodinámicas y las dinámicas de conducción alteradas amenazan con socavar la mejora antes de que entregue resultados.
El despliegue en Spa estuvo lleno de tensión. Con un tiempo limitado en un fin de semana de Sprint, Ferrari tuvo que llevar su programa de pruebas a condiciones de carrera en vivo. “Estaba nervioso”, admitió Vasseur. “Tuvimos que probar todos los compuestos de neumáticos sin mucho margen para ajustar el chasis. En última instancia, funcionó razonablemente bien, y utilizamos el Sprint como una prueba.”
Es un experimento de alto riesgo. Para un equipo aún atormentado por años de casi logros y falsas esperanzas, la reestructuración de la suspensión puede que no salve 2025 — pero podría definir 2026. Si los datos recopilados ahora alimentan un renacimiento bajo el próximo conjunto de regulaciones, este momento en Spa podría ser recordado como el punto de inflexión.
Por ahora, sin embargo, Ferrari todavía está persiguiendo sombras. Mientras McLaren avanza y Mercedes contempla un renacimiento, el ejército rojo de Vasseur debe demostrar que esta arriesgada apuesta por la suspensión es más que un simple parche. Debe ser la base de un Ferrari renacido.
El mundo está observando — y en la Fórmula 1, la paciencia se agota rápidamente.