El futuro de Alpine en la Fórmula 1 está en la balanza, ya que el equipo Renault enfrenta un torbellino de incertidumbre y agitación justo antes del Gran Premio de Bélgica. Con la reciente renuncia del CEO Luca de Meo y una serie de resultados financieros desastrosos, incluyendo una caída de casi el 20% en el valor de las acciones de Renault y un importante déficit de flujo de caja, las preguntas sobre el destino del equipo en la cima del automovilismo son cada vez más grandes.
Las acciones de Renault se desplomaron desde el 16 de julio, cayendo un 18.47% en un solo día después de que la empresa redujera su pronóstico de margen de beneficio operativo para 2025. Hasta la fecha, las acciones ya han caído un 29.03%. A pesar de no estar directamente afectada por los aranceles de EE. UU., Renault enfrenta desafíos en sus mercados clave – Francia y China – lo que erosiona la confianza de los inversores.
La empresa ahora anticipa un margen operativo del 6.5%, por debajo del objetivo inicial del 7%, y también ha revisado su proyección de flujo de caja libre a un rango de €1 mil millones a €1.5 mil millones, una fuerte disminución respecto a los €2 mil millones previstos anteriormente. En consecuencia, Deutsche Bank ha rebajado el precio objetivo de las acciones de Renault de €55 a €44.
Desde el 15 de julio, Duncan Minto, el Director Financiero, ha estado actuando como líder interino. Renault está programado para revelar sus resultados del primer semestre el 31 de julio. A medida que la búsqueda de un CEO permanente continúa y la presión aumenta para recortar inversiones no esenciales, crece la especulación en torno a la posible venta de Alpine, una empresa costosa situada fuera del negocio principal de Renault, especialmente en medio del creciente interés de varias partes que buscan adquirir equipos de Fórmula 1, que actualmente están en alta demanda.
Si bien las discusiones sobre la venta del equipo han surgido antes, dadas las dificultades que enfrenta la empresa matriz y el rendimiento reciente del equipo – la transición a motores Mercedes – una venta puede no ser tan descabellada. Esta perspectiva genera preocupaciones, ya que la industria automotriz lidia con una inestabilidad creciente, a pesar de la naturaleza robusta y dinámica de los deportes de motor. Las marcas históricamente han retirado inversiones en deportes para salvaguardar sus operaciones centrales o mantener su imagen pública, ya que las carreras y las medidas de reducción de costos (que a menudo conducen a despidos) rara vez van de la mano. Aunque las inversiones parecen seguras por ahora, esta situación debería servir como un recordatorio contundente de que el aparente oasis en F1 y WEC siempre está sujeto a los caprichos de las marcas y sus líderes, con cambios rápidos acechando a la vuelta de la esquina.